A pesar de que las tensiones entre Serbia y Kosovo se producen con regularidad desde 1999, cuando la provincia se independizó de facto, tras la campaña de la OTAN dirigida por EE.UU. contra la antigua Yugoslavia, esta vez existe el riesgo de que estas fricciones se conviertan en un gran conflicto, porque el contexto político internacional ha cambiado radicalmente.
Según explica en un artículo para RT Fiódor Lukiánov, redactor jefe de la revista Russia in Global Affairs y presidente del Presidium del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, el problema de Kosovo se resolvió a finales del siglo XX "siguiendo estrictamente el planteamiento entonces dominante", donde las disputas en gran parte de Europa se solucionaron de acuerdo a las "ideas de equidad de la Unión Europea", y en los casos en que no pudieron resolverse amistosamente, se llegó a presionar incluso con el uso de la fuerza militar.
En los últimas dos décadas, la región de los Balcanes se desarrolló en unas condiciones en las que el único futuro para los distintos Estados era la eventual adhesión a la UE, "cuyas perspectivas variaban entre relativamente cercanas o muy lejanas, pero inevitables", resaltó Lukiánov. "En consecuencia, era la UE la que regulaba los procesos que tenían lugar a nivel local y, en general, esta configuración se daba por sentada", añadió.
De igual forma, otras potencias tradicionalmente activas e importantes en los Balcanes, como Rusia y Turquía, indicaban su presencia, pero no tenían una voz decisiva sobre la forma en que se organizaban las cosas. "Este marco también definía el margen de maniobra de los países de la región, incluidos los que estaban más descontentos, como Serbia", destacó.
El nuevo panorama político en Europa
Sin embargo, Lukiánov concluye que en el panorama actual dos circunstancias principales han cambiado: el estado de vulnerabilidad de la UE y la nueva rivalidad entre Rusia y Occidente.
"En primer lugar, la UE se encuentra en un estado tan vulnerable que no está dispuesta a asumir toda la responsabilidad de la complejísima situación política de su periferia inmediata. No puede prometer la adhesión y, más concretamente, aunque se hiciera esa promesa, no garantiza nada", comentó el experto, agregando que la gestión del bloque de los problemas centrales de los Balcanes "no ha dado el resultado deseado en el último cuarto de siglo".
En este contexto, destaca que la configuración de la UE es mucho menos probable que ahora funcione. "Especialmente cuando Rusia y Occidente se encuentran en un estado de agudo enfrentamiento", indicó. En consecuencia, "no habrá cooperación: Rusia y Occidente estarán en lados opuestos de las barricadas en todas partes, sin importar el tema que se trate. Estamos en una guerra fría sistémica. Y esta realidad puede influir en gran medida en lo que sucederá en los Balcanes", concluyó.