Las autoridades chilenas están investigando la aparición de un socavón gigante de 25 metros de diámetro que se abrió durante el fin de semana en las inmediaciones de la mina de Alcaparrosa, en Tierra Amarilla, en la región de Atacama.
El extraño hecho ocurrió sobre una mina de cobre subterránea operada por la empresa canadiense Lundin Mining a unos 665 kilómetros al norte de la capital, Santiago.
El Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, Sernageomin, tuvo conocimiento de lo ocurrido el sábado y envió personal especializado a inspeccionar el hoyo. Asimismo, ordenó cerrar los accesos de la mina y detener los trabajos en el área inmediata mientras evalúa la situación.
El alcalde de la localidad, Cristóbal Zúñiga, dio los primeros antecedentes a la comunidad sobre la ocurrencia del socavón, que corta por la mitad un camino rural cerca a las inmediaciones de la mina.
"El día de ayer [sábado] recibimos una denuncia ciudadana respecto de un socavón que se habría producido aquí en nuestra comuna, cerca de Mina Alcaparrosa, que es parte de Minera Candelaria", dijo el burgomaestre, que considera que el tema es de máxima preocupación porque siempre han cargado el temor de que un hecho así ocurra en cualquier momento y lugar por los yacimientos mineros de la zona.
Además, pidió a las autoridades pertinentes "esclarecer cuál es el motivo de por qué se produjo este evento, si es que el derrumbe es producto de la actividad minera por debajo, si es que está conectado o si es que se trata de otra naturaleza".
Por su parte, Lundin Mining informó en un comunicado que se había detenido temporalmente "el trabajo de desarrollo en un área de la mina subterránea" mientras se realizan análisis técnicos y se recopila información externa para determinar la causa del evento. Sin embargo, aseguró que el socavón no afectó a la comunidad ni a sus trabajadores.
"La vivienda más cercana está a más de 600 metros de distancia, mientras que cualquier área poblada o servicio público está a casi un kilómetro de distancia de la zona afectada", destacó la empresa.
Alcaparrosa es una de las dos minas subterráneas que componen la minera Ojos del Salado, que produce un promedio de 15.400 toneladas anuales de cobre. Lundin Mining posee el 80 % de la propiedad, mientras que el resto está en manos de la corporación japonesa Sumitomo.