China afirma que "EE.UU. debe pagar un precio por la visita de Pelosi a Taiwán"

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, arribó a la isla este martes en medio de las protestas de Pekín.

Washington debe asumir la responsabilidad por haber permitido la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, declaró el viceministro de Exteriores de China, Xie Feng.

"La parte estadounidense debe pagar un precio por sus errores. China tomará decididamente las contramedidas y haremos lo que decimos", aseguró Xie.

El alto funcionario, que convocó al embajador estadounidense Nicholas Burns este martes para presentarle una fuerte protesta por la visita de Pelosi, indicó que cualquiera que trate de manipular el asunto taiwanés para obtener ganancias políticas, acabará fracasado y "clavado al pilar de la vergüenza en la historia".

Xie también urgió a Washington a rectificar las faltas y tomar medidas prácticas para eliminar los efectos negativos del viaje de Pelosi, así como dejar de interferir en los asuntos internos de China y no seguir una senda "equivocada y peligrosa".

La llegada de Pelosi al aeropuerto de Taipéi este martes provocó una movilización de equipos bélicos en la zona cercana a la isla, tanto por parte de China, Taiwán y Estados Unidos, intensificando temores sobre un posible conflicto militar.

Reacciones

El trasfondo político

Pekín, que se opone a cualquier contacto oficial de otros países con las autoridades de Taipéi, insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China y las disposiciones de los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU.

Por su parte, Washington no reconoce formalmente a Taiwán -que se autogobierna desde 1949 con una administración propia, como un país independiente-, pero mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales -incluyendo la venta de armas- con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.

Entretanto, Taiwán se muestra firme en su determinación de defender su "modo de vida democrático", al tiempo que Pekín reitera su discurso de la "reunificación" con el hijo "errante que acabará volviendo a casa".