El presidente del Consejo de Ministros de Perú, Aníbal Torres, renunció este miércoles "por razones personales" al cargo que ocupó durante casi seis meses, y que estuvo plagado de escándalos en medio de la inestabilidad que ha marcado al Gobierno de Pedro Castillo.
"Aprovecho esta oportunidad para agradecerle por la confianza depositada en mi persona, primero como ministro de Justicia y luego como premier", señaló el abogado de 79 años en una carta dirigida al mandatario.
"Me retiro del cargo después de haber servido, conjuntamente con usted, a nuestra patria, especialmente al pueblo más postergado y olvidado", agregó.
También anticipó que se retirará de la política y que ahora volverá a sus labores como profesor universitario y a la investigación jurídica.
"Le deseo a usted, señor presidente, amigo presidente, el mejor de los éxitos en su gestión", señaló en una despedida que pretendió sugerir que no se va peleado con Castillo.
Torres asumió el pasado 8 de febrero y se convirtió en el cuarto presidente del Consejo de Ministros de un Gobierno que apenas cumplía seis meses de funciones. Ahora, Castillo tendrá que elegir al quinto.
Inestabilidad
Desde que Castillo asumió como presidente el 28 de julio de 2021, ha debido cambiar a su gabinete de manera reiterada, ya sea por controversias políticas o investigaciones por corrupción.
En total, le ha tomado juramento a más de 60 funcionarios, lo que es un récord en la historia del país sudamericano y refleja la debilidad institucional con la que Castillo ha gobernado.
Uno de los puestos más estratégicos es el del presidente del Consejo de Ministros. El primero en ocuparlo fue Guido Bellido, quien solo permaneció al frente del Gabinete durante dos meses y ocho días, ya que tuvo que dejarlo acosado por denuncias de supuestos vínculos con organizaciones terroristas.
Luego fue sustituido por Mirtha Vásquez, una dirigente que después de casi cuatro meses renunció con una carta en la que mostró su inconformidad con las presuntas irregularidades y corrupción que había en el Gobierno.
Castillo designó entonces al congresista Héctor Valer, quien ni siquiera pudo jurar en el cargo debido a que fue denunciado por violencia de género.
Finalmente, el 8 de febrero asumió Torres, un político que había logrado permanecer como ministro de Justicia desde el inicio de la gestión de Castillo.
Al igual que el presidente y que la mayoría de los funcionarios, Torres estuvo envuelto en permanentes controversias. En abril, por ejemplo, desató un escándalo internacional al elogiar a Adolfo Hitler en un discurso en el que afirmó que había convertido a Alemania "en una potencia".
Después de una oleada de repudios, insistió y afirmó que hasta el criminal más avezado puede hacer "cosas positivas".
En el plano interno, Torres se enfrentó de manera reiterada al Congreso e incluso retó a los legisladores a que lo destituyeran. Sus peleas con periodistas también fueron una constante.
La semana pasada, mientras Castillo cumplía su primer año como presidente, acosado por la permanente presión opositora que empuja su renuncia o juicio político, se intensificaron los rumores de un nuevo cambio de Gabinete.