El Museo Marítimo de las Bahamas, una institución de propiedad privada, abrirá sus puertas en Freeport (Gran Bahama) el próximo 8 de agosto con una exposición única: tesoros perdidos de un galeón español del siglo XVII que se hundió a unos 70 kilómetros de las costas del país isleño hace 366 años.
A pesar de que el naufragio era bien conocido, durante años no recibió el respeto arqueológico que merecía, hasta que un equipo de investigadores consiguió una licencia de las autoridades locales en 2020 para realizar excavaciones.
En 1654, el galeón Nuestra Señora de las Maravillas, cargado de metales preciosos, y armado con 36 cañones de bronce, transportaba los tesoros a Sevilla. Después de realizar una ruta establecida por las Américas para recoger plata, y pasar por Cartagena colombiana, donde debido a un inesperado retraso, se vio obligada a quedarse durante el invierno para evitar los huracanes en el camino de regreso a España.
El 4 de enero de 1656, la embarcación naufragó al norte de las Bahamas por un error de navegación, al colisionar con otro barco llamado Nuestra Señora de la Concepción. Menos de media hora después del accidente, Nuestra Señora de las Maravillas chocó violentamente contra un arrecife de coral y se hundió. La mayoría de las 650 personas que estaban a bordo se murieron aquella noche. Se estima que solo 45 personas sobrevivieron.
El naufragio se dio a conocer el mismo año, y los registros españoles indicaban que para julio de 1658 la nave quedó completamente enterrada bajo la arena. Fueron muchos los que probaron su suerte en la zona del accidente, pero aparentemente aquellos intentos no culminaron con éxito.
En la época moderna, Nuestra Señora de las Maravillas fue redescubierta por Robert Marx en 1972, quien recuperó numerosos restos. A esa tarea también contribuyó Herbert Humphreys entre 1986 y principios de los años 90. La mayor parte del tesoro —estimado en 3,5 millones de 'piezas de ocho'— fue llevada del lugar de naufragio entre 1656 e inicios de 1990.
Explotado durante mucho tiempo por los cazadores de tesoros, el galeón español está siendo sometido a un análisis científico por primera vez. El grupo de investigadores, encabezado por el filántropo y explorador Carl Allen, fundador de Allen Exploration (AllenX), es el primero en dedicarse a esa importante tarea con el debido rigor científico.
¿Qué tesoros hallaron?
Entre los tesoros recuperados están monedas de plata y oro, esmeraldas y amatistas, así como un lingote de plata de 75 libras. Se cree que son envíos ilegales de contrabando que no estaban autorizados por la Corona española.
El equipo también encontró objetos personales de los tripulantes, como la empuñadura de plata de una espada perteneciente al soldado Don Martín de Aranda y Gusmán, un anillo de perlas, dos botellas de vino y cuatro colgantes que llevaban los caballeros de la Orden de Santiago.
Además de las piezas del propio barco, hallaron una tuerca de mariposa de un astrolabio de bronce, una antigua herramienta astronómica con la que determinaban la posición de las estrellas; y jarras utilizadas para almacenar alimentos. Se está investigando si fueron solo los oficiales y pasajeros que comían de las lujosas vajillas o también los marineros.