Se agudizan los desacuerdos políticos entre las autoridades centrales y regionales de Ucrania, reporta The Washington Post.
Citando analistas y funcionarios gubernamentales, el periódico señala que el Gobierno del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, intenta marginar a los alcaldes de las ciudades para mantener el control de la ayuda para la reconstrucción del país, así como para debilitar a cualquier futuro rival político.
En este sentido, varios alcaldes afirmaron que crece la preocupación de que el mandatario abandone sus promesas, en particular, sus planes de descentralización del poder mediante la concesión de más competencias a las autoridades regionales y locales.
El alcalde de Dnepr, Borís Filátov, indicó que "las tendencias autocráticas están empezando a desarrollarse en Ucrania" durante los combates militares. "[El Gobierno] está tratando de dominar el campo político [...], sin embargo, no somos rivales", destacó, agregando que los dirigentes de las ciudades han estado al frente de la defensa y ahora quieren que el control del proceso de reconstrucción de las zonas devastadas del país se concentre en sus manos.
En este contexto, Orisia Lutsévich, investigadora del programa de Rusia y Eurasia del centro de estudios londinense Chatham House, sostuvo que las autoridades ucranianas deben basarse en la idea de que "los alcaldes no son competencia, sino que son percibidos como parte del equipo [...] donde hay un mando central" en el momento del conflicto militar, mientras que "al mismo [tiempo] los Gobiernos locales pueden abordar los problemas como les parezca".
Los desacuerdos con las autoridades regionales se producen en medio de las destituciones de altos funcionarios ucranianos. El pasado 17 de julio, Zelenski comunicó que aprobó la destitución de la fiscal general del país, Irina Venedíktova, y del jefe del Servicio de Seguridad (SBU), Iván Bakánov. El mandatario ucraniano explicó su decisión por el hecho de que más de 60 fiscales y agentes del SBU han permanecido en los territorios controlados por Rusia y "están trabajando contra el Estado ucraniano".