Dos tercios de la Gran Barrera de Coral, situada al noreste de Australia y considerada el mayor sistema coralino del mundo, registraron la mayor cantidad de corales en 36 años, aunque sigue siendo vulnerable a los blanqueamientos masivos por la crisis climática, según un informe publicado este jueves por el Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS, por sus siglas en inglés).
Desde agosto de 2021 hasta mayo de 2022, las regiones central y norte del arrecife, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tuvieron niveles de cobertura de coral duro del 33 % y 36 %, respectivamente. Mientras, en la región sur la cobertura de coral disminuyó un 4 % debido a una profusión de estrellas de mar corona de espinas, las segundas más grandes del mundo, que alcanzan hasta un metro de tamaño y se alimentan de coral.
La recuperación se produce después del cuarto blanqueamiento masivo en siete años y el primero durante un evento de La Niña, que normalmente trae temperaturas más frías. Aunque extenso, dijo el instituto, el blanqueo en 2020 y 2022 no fue tan perjudicial como en 2016 y 2017.
"Todos los veranos, el arrecife corre el riesgo de estrés por temperatura, blanqueamiento y potencialmente mortalidad, y nuestra comprensión de cómo responde el ecosistema aún está en desarrollo", explicó Paul Hardisty, gerente general del AIMS en un comunicado.
Según el informe, casi la mitad de los 87 arrecifes estudiados tenían entre 10 % y 30 % de cobertura de coral duro, mientras que alrededor de un tercio tenían niveles de cobertura de entre 30 % y 50 %. Estos generalmente tenían niveles bajos de estrés agudo por elementos como ciclones y aumentos en la población de estrellas de mar corona de espinas.
El organismo destaca que, si bien la recuperación observada ofrece buenas noticias para el estado general del arrecife, "existe una creciente preocupación por su capacidad para mantener este estado", ya que el pronóstico del futuro régimen de perturbaciones vaticina olas de calor, ciclones y profusiones de estrellas de mar corona de espinas más frecuentes y duraderas.
El reporte llega después de que la UNESCO propusiera el año pasado agregar a la Gran Barrera de Coral a la lista de sitios del patrimonio mundial en peligro.