La Oficina de Asuntos de Taiwán y la Oficina de Información, ambas dependientes del Consejo de Estado de China, publicaron conjuntamente este miércoles un libro blanco titulado 'La cuestión de Taiwán y la reunificación de China en la nueva era', en el que reiteran las reivindicaciones de Pekín sobre la isla y denuncian los esfuerzos independentistas.
El documento, presentado en cinco secciones, se publicó para reiterar el hecho de que Taiwán es parte de China, para demostrar la determinación del Partido Comunista de China y del pueblo chino con la reunificación nacional, y para subrayar la posición y las políticas de Pekín en la nueva era. Además, hace hincapié en el aumento de las comunicaciones a través del estrecho.
Beneficios tangibles para Taiwán
El texto reitera su llamamiento a la reunificación y la gobernanza de Taiwán bajo el modelo de "un país, dos sistemas". Al mismo tiempo, promete crear enormes oportunidades para el desarrollo social y económico de la isla y "aportará beneficios tangibles al pueblo taiwanés".
De igual forma, el documento afirma que, tras la reunificación, el resto de naciones podrían seguir desarrollando relaciones económicas y culturales con Taiwán. Estos países podrían establecer consulados u otras instituciones oficiales y cuasi oficiales en la isla, mientras que las organizaciones internacionales podrían establecer una oficina, todo con la aprobación del Gobierno central de China.
"Tras la reunificación, los sistemas y mecanismos de cooperación económica a través del estrecho mejorarán aún más", señala el libro blanco. "Respaldada por el vasto mercado continental, la economía de Taiwán gozará de perspectivas más amplias, será más competitiva, desarrollará cadenas industriales y de suministro más estables y fluidas, y mostrará una mayor vitalidad en el crecimiento impulsado por la innovación", agrega.
Reunificación pacífica e injerencia externa
Pekín también promete que apuntará sus esfuerzos a conseguir una reunificación pacífica, pero no renunciará al uso de la fuerza. "Trabajaremos con la mayor sinceridad y nos esforzaremos al máximo para lograr la reunificación pacífica", indica el documento. "Pero no renunciaremos al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias. Esto es para protegernos de la interferencia externa y de todas las actividades separatistas. En ningún caso se dirige a nuestros compatriotas en Taiwán", añade.
El documento afirma que "algunas fuerzas" en Estados Unidos estaban intentando "utilizar a Taiwán como peón contra China", socavando el "desarrollo saludable y constante de las relaciones" entre Pekín y Washington. Si no se controla, "seguirá aumentando la tensión en el estrecho", afirmó.
China llevó ya a cabo una serie de ejercicios en diferentes zonas de su costa durante las últimas semanas en medio de las crecientes tensiones desatadas en el estrecho de Taiwán tras el viaje a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, los días 2 y 3 de agosto, que provocó duras críticas por parte de Pekín.