El Instituto de Investigación sobre el Empleo de Alemania (IAB) ha publicado nuevos datos que detallan los efectos negativos de la crisis ucraniana y de los altos precios de la energía en la economía alemana. Según el informe, esta perderá más de 260.000 millones de euros de valor agregado de aquí a 2030. Estos datos no toman en cuenta una posible interrupción total de los suministros de gas ruso, lo que provocaría un escenario aún peor, afirman los expertos.
En comparación con un escenario hipotético en el que se hubiera podido evitar el conflicto en Ucrania y la crisis energética (escenario 'Paz en Europa'), el producto interior bruto (PIB) ajustado a los precios de Alemania será un 1,7 % inferior en 2023.
Además, según los expertos, la crisis producirá graves efectos negativos en el mercado laboral, que llevarán a contratar a 150.000 trabajadores menos entre 2022 y 2028 que en el escenario alternativo. Mientras, a pesar de la afluencia masiva de inmigrantes, principalmente de Ucrania, la oferta de mano de obra será la misma en los próximos años debido a las peores perspectivas económicas y salariales. Estos efectos se debilitarán con el tiempo, pero podrían mantenerse algunos cambios estructurales.
Entre las industrias más afectadas por la negativa evolución actual se encuentran el sector de la hostelería (ya muy dañado por la pandemia de coronavirus) y los sectores de alto consumo energético, como la producción de materiales de construcción, la industria química y la metalúrgica.
Sin embargo, la situación aún puede empeorar. Los investigadores del IAB calculan que si el aumento de los precios de la energía es el doble de lo observado hasta ahora (+160 %), el PIB del próximo año podría ser casi un 4 % más bajo que en el escenario alternativo y no se recuperaría del todo ni siquiera en 2030. Lo mismo ocurriría con el mercado laboral, ya que en tres años habría 660.000 personas menos empleadas (1,5 %) y en 2030, 70.000 puestos de trabajo seguirían afectados por el recorte.
Sanciones antirrusas y crisis económica en Europa
La Unión Europea se enfrenta actualmente a una crisis energética que comenzó tras la aplicación de sanciones contra Rusia y está causando un importante daño a su economía, que podría resucitar viejas divisiones en el bloque.
El 3 de julio, la UE adoptó su sexto paquete de sanciones "económicas e individuales" contra Moscú por su operativo militar en Ucrania. Este incluye la prohibición del suministro de crudo y de algunos productos derivados del petróleo desde Rusia hacia los países miembros.
Mientras tanto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin criticó en julio la política energética de los países europeos por "subestimar la importancia de las fuentes tradicionales de energía y apostar por las no tradicionales". El mandatario añadió que la política de sanciones antirrusas resultó en una reducción del volumen del gas en el mercado europeo y que algunas futuras restricciones podrían hacer que "los precios del crudo salten hasta el cielo".