En las últimas semanas, diferentes alpinistas han hallado dos cuerpos en las altas montañas del sur de los Alpes suizos, mientras los glaciares retroceden por las altas temperaturas del verano. En el cantón sureño de Valais, el 26 de julio encontraron un esqueleto en el glaciar Stockji y el 3 de agosto descubrieron huesos humanos en el glaciar Chessjen, informó el lunes el diario local Blick.
Se rumorea que el cadáver encontrado en Stockji puede estar relacionado con la desaparición del dueño multimillonario de la cadena de supermercados Karl-Erivan Haub, que tenía la ciudadanía alemana, rusa y estadounidense y se le perdió el rastro en la región de Zermatt el 7 de abril de 2018.
Sin comentar estos casos en particular, la Policía cantonal explica que los investigadores comienzan con el análisis de los objetos encontrados junto al cuerpo, si los hay, para calcular el tiempo que tienen los restos. A continuación, se realizan pruebas de ADN si es necesario. Se requieren varios días para una identificación.
Este verano, los Alpes suizos ya han registrado temperaturas inusualmente altas que estuvieron a punto de alcanzar los 30 °C. Durante la ola de calor de julio, solo había hielo a partir de los 5.184 metros de altura sobre el nivel del mar, en comparación con la cota habitual del verano, que se sitúa entre los 3.000 y 3.500 metros, informó The Guardian.
La Policía de Valais tiene una lista de unos 300 casos de personas desaparecidas desde 1925. Con el derretimiento de los glaciares se encuentran, cada vez con más regularidad, cadáveres de personas desaparecidas desde hace varias décadas en el hielo. En junio de 2012, el glaciar Aletsch devolvió los huesos de tres hermanos fallecidos en 1926. En julio de 2017, el glaciar Tsanfleuron devolvió al matrimonio Dumoulin de Savièse, pareja fallecida el 15 de agosto de 1942.
Sin embargo, los hallazgos en la zona no solo se circunscriben a esqueletos humanos. La semana pasada, un guía de montaña encontró restos de un avión que se había estrellado el 30 de junio de 1968 en el glaciar Aletsch. En el momento de la catástrofe llevaba a bordo a un maestro, un director médico y su hijo, todos de Zúrich. Los cuerpos fueron recuperados en ese momento, pero los restos del avión no.