Autoridades estadounidenses repatriaron este jueves a México una escultura virreinal que fue robada de una iglesia del estado de Morelos hace 20 años, y que había sido donada a un museo en Dallas (Texas, EE.UU.).
Se trata de una representación del sacerdote portugués San Antonio de Padua, que fue hurtada en 2002 de la Parroquia de Santiago Apóstol, ubicada en el municipio mexicano de Jiutepec. La pieza, una escultura policromada y estofada, tiene elementos característicos del siglo XVII.
Hurto y devolución
Tras el hurto en la iglesia, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos interpuso la denuncia ante el Ministerio Público. Pasaron varios años para que las autoridades mexicanas detectaran que la escultura se encontraba en un museo de Dallas, a donde fue a dar después que un coleccionista estadounidense dejara al morir todo su acervo en herencia, incluyendo esa pieza.
El personal del museo se dio cuenta de que la escultura no contaba con los permisos de autentificación, por lo que notificó al Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), que se hizo cargo de ella.
Así, la representación del FBI en México informó a las autoridades del país latinoamericano y realizó el trámite jurídico y logístico para devolver la escultura virreinal.
El Gobierno mexicano destacó en un comunicado de prensa que la repatriación de la pieza es muestra de los buenos resultados que aporta la colaboración entre ambas naciones "en la lucha contra el tráfico y venta ilícitos de piezas históricas y arqueológicas".