El aumento de la fragmentación de la economía mundial y las tensiones geopolíticas globales, así como una inflación elevada y sostenida, podrían provocar una recesión en las mayores economías del mundo y, en consecuencia, una crisis económica internacional, según uno de los posibles escenarios de desarrollo que contemplan las previsiones del Banco Central de Rusia.
Según la entidad, la combinación de esos factores aumenta los desequilibrios en la economía mundial y podría conducir a una nueva crisis financiera y económica global comparable en escala a la crisis de 2007-2008.
La crisis de 2008 se manifestó en un fuerte descenso de los principales indicadores en la mayoría de las economías avanzadas, que posteriormente se convirtió en una recesión global. Los países en desarrollo también se vieron afectados de forma significativa.
La previsión del organismo se presentó en un informe sobre las principales orientaciones de la política monetaria estatal unificada para 2023 y el periodo de 2024 y 2025, que fue publicado este 12 de agosto. En el documento, el Banco de Rusia explica su punto de vista sobre la aplicación de la política monetaria en el nuevo entorno económico y presenta escenarios de referencia y alternativos para el desarrollo económico en los próximos tres años.