La ola de reclamaciones por unos tapones auditivos militares podría obligar a 3M a desembolsar 100.000 millones de dólares
La empresa 3M podría perder 100.000 millones de dólares en medio de la ola de demandas de veteranos del Ejército de EE.UU. en las que vinculan sus problemas auditivos con defectos en los tapones de combate fabricados por Aearo Technologies, filial de la entidad, informa la agencia Bloomberg, que recoge las estimaciones de J.B. Heaton, consejero de los demandantes.
Durante su testimonio de este martes ante Jeffrey J. Graham, presidente del Tribunal de Quiebras en el Distrito Sur del estado de Indiana, Heaton afirmó que "cada vez es más probable" que 3M se declare en quiebra "en los próximos años" si avanzan más de 230.000 reclamaciones en relación con los tapones para los oídos.
Paralelamente, algunos abogados que representan a soldados afectados quieren que el juez imponga una serie de restricciones a 3M. En particular, proponen prohibir el desembolso de cualquier dividendo a los accionistas, la distribución de todo tipo de activos entre ellos, así como la recompra de títulos de valor. Una medida semejante protegería el dinero y otros activos que podrían ser usados para compensar a los militares afectados.
Por su parte, el gerente de comunicaciones de la 3M, Sean Lynch, calificó de "especulación infundada y claramente errónea" las estimaciones acerca de su posible quiebra. Asimismo, recordó que en julio la empresa asignó 1.000 millones de dólares a un fondo fiduciario especial para indemnizar a los afectados. Asimismo, la compañía se comprometió a entregar otros 240 millones para financiar los gastos relacionados con los litigios.
Los abogados de la 3M argumentaron durante la audiencia de este martes que los 19 casos cuyos veredictos ya han sido dictaminados no pueden ser usados para extrapolar los resultados a otras demandas.
El pasado mes de julio, la compañía puso su subsidiaria Aearo Technologies en quiebra en un intento por resolver las reclamaciones. Después de aquello, la filial está automáticamente facultada para congelar los juicios a los que se enfrenta. Dado que la 3M no presentó la bancarrota, es el juez quien debe acordar si otorga al conglomerado la misma protección, señala Bloomberg.