El presidente del banco central polaco afirma que Alemania quiere "recuperar sus antiguas tierras" que ahora pertenecen a Polonia
Alemania tiene la intención de "recuperar sus antiguas tierras", aquellas que actualmente se encuentran en territorio polaco, declaró en una entrevista a Gazeta Polska el presidente del Banco Nacional de Polonia (NBP, por sus siglas en polaco), Adam Glapinski.
"Antes se trataba de unir los estados alemanes o de absorber, prácticamente, la República Democrática Alemana, es decir, la antigua zona de ocupación soviética, pero desde que esta tarea se realizó, se trata de recuperar, de alguna forma, antiguas tierras que ahora están dentro de las fronteras de Polonia, y de subyugar todo este cinturón de países entre Alemania y Rusia", aseveró el funcionario. "Esta es la idea de equilibrio de Alemania en la Europa del futuro", agregó.
Al preguntarle si el bloqueo de la ayuda a Kiev por parte de Berlín está relacionado con esa cuestión, Glapinski respondió afirmativamente y señaló que "la aparición de un Estado ucraniano —fuerte, democratizador, con fuerzas armadas, con aspiraciones y con una alianza con EE.UU.— no encaja en este escenario".
Varsovia es un "obstáculo" para Bruselas
La política que lleva adelante Alemania "no encaja con la Europa que concibieron los padres fundadores de la Unión Europea, basada en el equilibrio, en el derecho de cada país a opinar, a tener capacidad de veto", puntualizó el economista. Actualmente, en cambio, el bloque busca eliminar el poder de veto y unificar la política fiscal.
"Y el obstáculo para ello es, en gran medida, Polonia, con su propia moneda y su deseo de preservar su independencia, y de aumentar su propio nivel de prosperidad", aseveró Glapinski. "Tener un banco central soberano, nuestra propia moneda —el esloti— y nuestro dinámico desarrollo económico, es algo que les molesta de sobremanera", sostuvo.
En su opinión, tal escenario podría ocurrir si llega al poder en Polonia el jefe del Partido Popular Europeo y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a quien, según indicó, se le habría prometido en Bruselas el puesto del jefe de la Comisión Europea a cambio de la derogación del actual Gobierno polaco y el ingreso de Polonia en la eurozona, lo que supone la adhesión al mecanismo de tipos de cambio II.
"Para los polacos, esto significa bajar su nivel de vida y renunciar a alcanzar rápidamente la prosperidad de los países de Europa Occidental", concluyó el economista.