La Justicia argentina investiga la muerte de al menos cinco bebés que nacieron sanos y que murieron en condiciones todavía no aclaradas en el Hospital Materno Neonatal de la provincia de Córdoba, ubicada a 647 kilómetros al norte de Buenos Aires.
El caso ha conmocionado a la opinión pública, ya que las hipótesis van desde una mala praxis y negligencia, hasta un desconocido virus hospitalario o, directamente, el homicidio. Algunas versiones periodísticas incluso especularon con un posible "asesino serial", pero esta tesis hasta ahora no ha sido incorporada al expediente.
Las muertes que se investigan se registraron entre marzo y julio, siempre con el mismo perfil: bebés que, sin patologías previas de ellos o de las madres, fallecieron pocas horas después de haber nacido. Por eso ya fueron apartados de sus cargos la directora del hospital, Liliana Asis, y otros 23 empleados.
El fiscal Raúl Garzón solicitó la realización de autopsias que ayuden a esclarecer los motivos y, sobre todo, dar respuestas a las familias afectadas.
También descartó que los fallecimientos se hayan debido a complicaciones por la administración de vacunas o a un lote de medicamentos en mal estado, ya que se usaron los mismos en otros hospitales en los que no se dieron este tipo de casos.
"Esto es algo muy acotado", afirmó al explicar que dos de los bebés fallecidos tenían marcas de inyecciones que deberán ser analizadas para determinar si se les suministraron sustancias extrañas.
"Existe una fuerte sospecha de que podría haber más (víctimas), hasta 10 o 12", advirtió el fiscal, quien esta semana comenzó a tomarles declaración a las madres de los bebés muertos.
Misterio
A una mujer le dijeron que su bebé había nacido sin vida. A otra le explicaron que el bebé tenía una arritmia. Después de tres paros cardíacos, falleció. En ningún caso se trató de embarazos de riesgo. "Sospecho que no fue nada natural", declaró Vanesa Cáceres, una de las primeras madres que ha hablado ante la prensa. Su hijo vivió sólo 11 horas.
Otro testimonio es el de Romina Ceja, quien reveló que, cuando su hija de 17 años parió a su beba a principios de junio, les dijeron que ambos estaban en perfecto estado de salud. Al cabo de 24, la recién nacida murió por una supuesta descompensación que hasta ahora todavía no ha sido del todo aclarada.
En medio del revuelo, el Ministerio de Salud de Córdoba aportó otra teoría que refuerza la posibilidad de que las muertes hayan sido intencionales, ya que denunció que los bebés tenían lesiones "no acordes" a un recién nacido sano, es decir, provocadas.
Por otra parte, el Gobierno de la provincia provocó una polémica, ya que solicitó ser querellante de la causa judicial, lo que fue impugnado por los familiares debido a que el hospital involucrado es estatal. Finalmente, la petición de las autoridades fue rechazada.
"La Provincia es la principal interesada en que se esclarezca de forma absoluta lo sucedido, se conozca la verdad y se establezca la responsabilidad plena, ya se puso y mantendrá la disposición total de brindar cualquier elemento que requiera el fiscal para aportar un pronto esclarecimiento de los hechos, incluyendo agentes y personal", aseguró el Gobierno provincial en un comunicado.
También agregó que "ha puesto y mantiene a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos la disponibilidad y asistencia de acompañamiento a los familiares".
Sin embargo, conforme avanza el caso crecen las posibilidades de que las familias demanden al Estado.