Ante el aumento del precio de la energía, "millones de personas" en el Reino Unido no podrán pagar sus facturas de calefacción y se quedarán sin comida este invierno, advirtió este sábado el alcalde de Londres, Sadiq Khan. "No hemos visto nada parecido antes", subrayó.
"Nos enfrentamos a un invierno en el que para millones de personas no se tratará de elegir entre la calefacción o la comida, sino de no poder permitirse ninguna de las dos cosas", tuiteó el funcionario, instando al Gobierno británico a "intervenir para que la gente pueda satisfacer sus necesidades básicas", congelando la subida de los precios de la energía.
"La introducción de una tarifa vitalicia permitiría satisfacer las necesidades energéticas básicas de los hogares más vulnerables, evitándoles decisiones desgarradoras este invierno", agregó.
Khan adjuntó a su publicación un gráfico de los precios de la energía en el país de la consultora Auxilione, que sugiere un aumento de un 80 % en las facturas en octubre, superando las 3.600 libras esterlinas (unos 4.200 dólares) al año, frente 1.971 libras (2.300 dólares), el tope fijado en abril.
Crisis energética en Europa
Actualmente, Europa enfrenta una crisis energética que comenzó luego de la implementación de sanciones contra Moscú y que está provocando un importante daño a su economía. Si bien el Reino Unido no depende directamente de Rusia para abastecerse de combustible, sufre por el aumento de los precios de la energía y el aumento de los costos de vida.
El viernes, las autoridades sanitarias británicas advirtieron al Gobierno de un aumento en el número de enfermos y del deterioro de las condiciones sanitarias en todo el país, a menos que se tomen medidas urgentes para frenar la subida de los precios energéticos.
Por su parte, la ministra de Exteriores y candidata a ocupar la jefatura del Gobierno en Reino Unido, Liz Truss, reconoció que a la nación le aguarda un "invierno duro", al tiempo que se comprometió a llevar a cabo una reforma económica para ayudar a la población ante el aumento de los precios del combustible y de los alimentos.
La situación se agudiza con el nivel de inflación más alto registrado en el país desde febrero de 1982. En julio, el índice de precios al consumidor en el Reino Unido se disparó al 10,1 %.