La tensión política se intensificó en Argentina luego de que el presidente Alberto Fernández ofreciera una entrevista que provocó un escándalo y que desembocó en una fuerte campaña en su contra por parte de la oposición partidaria, mediática y judicial del país sudamericano y que incluye pedidos de juicio político para que lo destituyan.
El miércoles por la noche el mandatario hizo una desafortunada comparación entre el fallecido fiscal Alberto Nisman y Diego Luciani, uno de los fiscales que pidió prisión para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Durante la nota, que se realizó en TN -parte del Grupo Clarín, el emporio mediático opositor al Gobierno-, Fernández fue cuestionado sobre la seguridad de Luciani, pero respondió que era improcedente alentar la idea de que le pudiera ocurrir lo mismo que a Nisman.
El cuerpo del fiscal fue encontrado en su casa en enero de 2015, días después de que acusara a Fernández de Kirchner de "traición a la patria", en un caso que se convirtió en un botín político, que fue manipulado judicialmente y que divide a la opinión pública y a los partidos entre quienes piensan que lo mataron o que se suicidó.
"Hasta acá lo que le pasó fue que Nisman se suicidó, no se probó otra cosa, yo espero que no haga algo así el fiscal Luciani", señaló el presidente en la entrevista.
De inmediato, medios, periodistas, políticos y funcionarios judiciales antiperonistas se abroquelaron para repudiar a Fernández y acusarlo de "cruzar cualquier límite" y de amenazar a Luciani, quien, a su vez, advirtió que sus declaraciones representaban "un avasallamiento a las instituciones".
Caos
Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora, advirtió en un comunicado que "en Argentina no puede haber más impunidad ni más muertos por razones políticas". Además, solicitarán en el Congreso el inicio de un juicio político en contra del mandatario. Otras acusaciones van del "instigación al suicidio" a la "amenaza de asesinato mafioso".
Los dirigentes de este bloque también se pronunciaron de manera individual. "Estas amenazas y estas provocaciones son una barbaridad, una irresponsabilidad nunca vista en Argentina, están fuera de lugar", dijo el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
"Es una situación sumamente delicada, tenemos que prevenir que suceda algo grave, no solo se trata de los fiscales, es una amenaza a los jueces y también a sus hijos", añadió la exdiputada Elisa Carrió.
Desde el Poder Judicial, que mantiene una permanente confrontación con el Gobierno, la Asociación de Fiscales se sumó al repudió al presidente, en tanto que el Procurador General de la Nación, Eduardo Casal convocó a Luciani y a Diego Mola, el otro fiscal del juicio contra Fernández de Kirchner, para manifarles su respaldo.
Las críticas también surgieron desde el ámbito oficialista, ya que desde que se anunció la entrevista, parte de la militancia cuestionó que el presidente fuera a uno de los principales canales opositores y advirtió que sólo lo usarían para continuar su guerra contra el Gobierno.
Amenazas
En medio del escándalo, Fernández dio esta mañana otra entrevista en un medio oficialista, radio El Destape, en la que advirtió que sus dichos habían sido tergiversados.
Además, reveló que parte de la oposición alienta un clima permanente de violencia y que incluso él ha sido amenazado de muerte.
"Hay gente muy enloquecida en estos términos porque todos recibimos amenazas. Yo también (he recibido) amenazas de muerte, pero tampoco me preocupo mucho", afirmó.
Sin embargo, aclaró que no podía ofrecer muchos detalles para no interferir en la investigación que está llevando a cabo la Policía Federal.
Con respecto a la polémica de sus dichos por Nisman, precisó que fueron los periodistas los que le preguntaron por el fallecido fiscal.
"Si la pregunta hubiera sido por la seguridad de los fiscales, yo hubiera respondido que en mi gobierno no amenazamos ni perseguimos a fiscales ni jueces, por lo tanto, nadie debe sentirse en riesgo", dijo.
También garantizó que el fiscal Luciani puede estar tranquilo. "Él sabe mejor que yo que nunca recibió ningún llamado del Gobierno nacional, ni presión de nuestra parte, ningún espía lo fue a visitar, ni tampoco existirá algo así, debería tener ningún temor".