Un denso manto de algas tóxicas se ha ido extendiendo durante las últimas semanas a lo largo y ancho de la bahía de San Francisco (EE.UU.), provocando la muerte de miles de peces.
Eileen White, directora ejecutiva de la Junta Regional de Control de Calidad del Agua de la Bahía de San Francisco, dijo que a mediados de agosto las concentraciones de clorofila, pigmento relacionado con la fotosíntesis en las plantas e indicador de la densidad de las algas, fueron las más altas observadas en más de 40 años.
"Por lo general, la proliferación de algas ocurre en el verano", explicó White, por lo que el hecho en sí no resulta excepcional. Sin embargo, "lo sorprendente es su magnitud", subrayó la experta.
La última gran proliferación de algas en la bahía ocurrió en 2004 tras una ola de calor. El actual evento, no obstante, podría deberse principalmente a la sequía récord que azota a la práctica totalidad de California.
Según advirtió White, las personas y sus mascotas no deben acercarse al agua, que puede causar irritaciones en la piel o los ojos.
También aconsejó no comer peces muertos que se acumulan en la costa.
Los expertos y los reguladores de la calidad del agua no saben cuándo terminará el fenómeno, que podría intensificarse con la llegada a finales de esta semana de la que, según las predicciones, podría ser la ola de calor más larga e intensa del año, creando las condiciones perfectas para que las algas tóxicas se sigan extendiendo.