Un terremoto de magnitud 6,8 en la provincia suroccidental china de Sichuan provocó este lunes deslizamientos de tierra y sacudió edificios en el suroeste del país, dejando al menos 65 víctimas mortales y cientos de heridos. El presidente chino, Xi Jinping, instó a los servicios de rescate a hacer todo lo posible para salvar a la mayor cantidad de ciudadanos.
Más de 6.500 miembros de los servicios de rescate, incluidos bomberos y policías, han sido enviados y, además, han mandado cuatro helicópteros y dos drones para operativos de salvamento. Más de 50.000 residentes afectados fueron reubicados y 16 personas siguen desaparecidas. Mientras tanto, las autoridades declararon que la infraestructura de las ciudades ubicadas en el epicentro ha sufrido daños por la tierra y las piedras que cayeron desde las laderas de las montañas.