Un grupo de científicos del Instituto de Ciencias Geológicas y Nucleares (GNS Science), ubicado en Nueva Zelanda, reveló que el 'árbol más solitario del mundo' podría ayudar a comprender el impacto de los efectos del cambio climático en el océano Austral, recogen este lunes medios locales.
De acuerdo con la investigadora Jocelyn Turnbull, esta masa de agua, que rodea completamente la Antártida, es el sitio más importante para estudiar el intercambio del dióxido de carbono (CO2) por los vientos que provienen del oeste, así como la falta de tierra que frene estas corrientes de aire. "Ese viento impulsa este enorme vuelco del agua, trae agua profunda a la superficie y se mezcla, lo que permite que el océano absorba más carbono que otras áreas que no son tan dinámicas", señaló Turnbull.
A pesar de que el océano Antártico puede absorber alrededor del 10 % de las emisiones de CO2 generadas en todo el mundo, existen interrogantes sobre si la cantidad de gas absorbido por este océano ha cambiado últimamente. "Realmente lo queremos entender porque eso nos dice qué nos deparará el futuro", indicó.
La científica explicó que era necesario comparar las mediciones antiguas y actuales de radiocarbono para conocer las modificaciones de las concentraciones de CO2 en la atmósfera que rodea al océano Austral.
Un árbol podría ser la respuesta que buscan en su investigación
No obstante, Turnbull detalló que existía un inconveniente con respecto a las mediciones de años anteriores, ya que estas no fueron recogidas en su momento. Pero precisó que los anillos de crecimiento de los árboles pueden arrojar los datos requeridos.
"Cada año, tienes un anillo que puedes distinguir. Se pueden cortar esos anillos y medir el radiocarbono, y luego podemos retroceder en el tiempo para saber cómo ha estado cambiando el océano Austral", aseguró.
Los investigadores eligieron la isla Campbell, situada a 700 kilómetros al sur de Nueva Zelanda, debido a que ahí se encuentra el árbol más cercano al océano Antártico. Se trata de un abeto Sitka que mide nueve metros de altura y que puede proporcionar al grupo de científicos la información requerida para su investigación.
El árbol, que cuenta con un record Guinness por ser el más remoto del mundo, fue plantado en 1907 y ha logrado sobrevivir todos estos años pese a las inclemencias climáticas que sufre la isla. En 2016, Turnbull extrajo una muestra de cinco milímetros del núcleo del árbol. Sin embargo, aún no ha publicado los hallazgos de su estudio.
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