Un profesor de un colegio de secundaria de Irlanda fue enviado a prisión por desacato este lunes 5 de septiembre, después de que el Tribunal Superior de Dublín le prohibiera dar clases por negarse a llamar a un estudiante por los pronombres de su elección según su identidad de género, informan los medios locales.
Enoch Burke permanecerá en la prisión de Mountjoy hasta que se comprometa a obedecer la orden judicial de no asistir ni intentar impartir ninguna clase en el centro Wilson's Hospital School del condado de Westmeath, que lo puso en situación de baja administrativa remunerada en agosto a la espera de un proceso disciplinario. Además, deberá pagar los costes legales en los que incurrió la escuela por presentar las solicitudes ante los tribunales.
A Burke y a otros miembros del personal se les había dicho en mayo que se dirigieran a un alumno transgénero con un nuevo nombre y utilizaran el pronombre 'they' ('ellos' o 'ellas') en lugar de 'he' ('él'), pero el profesor se negó a hacerlo, lo que desencadenó una serie de enfrentamientos que culminaron con su suspensión.
Sin embargo, en lugar de quedarse en casa esperando a que concluyera el procedimiento disciplinario, el profesor cristiano evangélico siguió acudiendo a la escuela, lo que llevó a su empleador a conseguir una orden judicial que le prohibía entrar en el campus. Su continua desobediencia terminó con su detención durante el pasado fin de semana.
El docente rechazó la orden de suspensión por considerarla inválida e injusta, argumentando que se requiere una "falta grave" para tal sanción, mientras que él se había limitado a expresar sus creencias religiosas de que el transgenerismo era contrario a las enseñanzas de la Iglesia. "Es reprobable que las creencias religiosas de alguien puedan ser tomadas como motivo de mala conducta o falta grave", indicó.
Asimismo, Burke insiste en que acatar la orden del juez violaría sus creencias religiosas, y admitió que si no fuera encarcelado volvería a presentarse a trabajar todos los días. "Estoy aquí hoy porque no llamaría niña a un niño", declaró, insistiendo en que hacerlo era "una violación" de su conciencia.