Tras las primeras informaciones sobre la preocupación de los médicos por el estado de salud de la reina Isabel II y sus consejos de que permanezca bajo supervisión médica, los ciudadanos británicos empezaron a congregarse frente al Palacio de Buckingham, en Londres.
Horas más tarde, se informó del fallecimiento de la monarca a los 96 años en el castillo de Balmoral en Escocia, donde se encontraba descansando tras presentar problemas de movilidad. Las autoridades británicas publicaron un comunicado sobre la muerte de la reina Isabel II en las puertas del Palacio de Buckingham.
Luego de la noticia de que su salud se había deteriorado, el príncipe Carlos de Gales, su esposa Camila de Cornualles y el príncipe Guillermo viajaron a la residencia actual de la reina.