Las sanciones contra Rusia han provocado una inflación y una escasez de energía que podrían "poner a Europa de rodillas", comentó este jueves el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
"Actualmente, hay 11.000 sanciones contra Rusia, pero la guerra está en marcha y los intentos de debilitar a los rusos no han tenido éxito. Por el contrario, Europa podría ponerse de rodillas por la brutal inflación y la escasez de energía que provocan las sanciones", señaló Orbán en su discurso de inauguración del Campus de la Innovación de Bosch Budapest.
Asimismo, el mandatario destacó que no sabe cuánto tiempo continuarán con esta política de sanciones en Bruselas, pero el problema no hace más que crecer. Sin embargo, aseguró que su país no correrá el riesgo de una crisis energética: "En Hungría habrá gas y electricidad suficiente, es decir, no habrá necesidad de cerrar ninguna fábrica por falta de energía. Habrá suficiente energía para todos, y cualquiera que quiera invertir y producir aquí, podrá venir a invertir".
El líder húngaro indicó el mes pasado que el conflicto en Ucrania podría "poner fin a la supremacía occidental" por varias razones. Primero, destacó que Occidente no puede ganar el conflicto en Ucrania por medios militares. Otro punto clave, según Orbán, es que las sanciones occidentales "no han desestabilizado a Rusia", pero el daño causado a Europa "es inmenso".
Además, una gran parte del mundo, como China, India, Brasil, la región árabe, y los países de África, "demostrativamente no está a favor" de EE.UU. y Ucrania, explicó el jefe de Gobierno húngaro.