El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este jueves a solicitud de Rusia para abordar el riesgo que supone, para la paz y la seguridad internacional, el suministro de armas a Ucrania.
Durante la sesión, que comenzó con un minuto de silencio por la muerte de Isabel II, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, alertó sobre el envío masivo de arsenales a Kiev desde Occidente, subrayando que ni las autoridades del país europeo ni los países que las proporcionan saben en qué manos acaban finalmente. En este contexto, Nebenzia aseguró que un gran número termina en el mercado negro y alertó que muchos grupos terroristas podrían nutrirse de este suministro, representando así un enorme riesgo para la seguridad mundial.
"Los jefes militares de los países occidentales de manera abierta admiten que no son capaces de rastrear en manos de quién caen las armas, pero inevitablemente saben que los corruptos ucranianos ya han establecido canales de suministro de armas para el mercado negro global", afirmó en su discurso.
Nebenzia subrayó que, al suplir con arsenales a Ucrania, que son utilizados "contra objetivos civiles", los países de la Unión Europea están "violando sus propias normas internas", que prohíben expedir licencias para exportar armas si esto crea riesgos evidentes de violar el derecho internacional humanitario. El bloque también ha hecho caso omiso a los tratados internacionales de armas, que exigen que se evalúe de forma objetiva si las armas que se transfieren "pueden perjudicar a la paz y la seguridad", continuó.
En paralelo, el representante ruso sostuvo que la paz estuvo a punto de llegar a Ucrania en un momento, pero para la OTAN, liderada por EE.UU. y el Reino Unido, este escenario es "desventajoso" y no le conviene. Su objetivo es satisfacer los intereses de las grandes compañías armamentísticas de sus países, que estarían detrás del envío de armas, añadió.
Por otro lado, acusó a Washington de gastar en los últimos meses "20.000 millones de dólares en apoyo militar a Ucrania" y de tener la intención de solicitar una suma igual para el primer trimestre del 2023, aunque afirmó que las armas occidentales "no juegan un papel decisivo en el campo de batalla".
"El Ejército ruso está triturando gradual y metódicamente, con un riesgo mínimo para sus soldados y civiles, no solo las armas obsoletas de estilo soviético, de las que los países de Europa del Este se deshicieron con gusto, sino también los tipos modernos de armas de la OTAN", comentó, recalcando que las nuevas armas no cambiarán el devenir del conflicto, harán que la paz esté más alejada y prolongarán el "sufrimiento del pueblo ucraniano sacrificado por Occidente en su lucha geopolítica con Rusia".
Por su parte, los representantes de EE.UU. y el Reino Unido afirmaron que continuarán armando a Kiev y que están orgullosos de ello. De acuerdo con el embajador interino de EE.UU. ante la ONU, Richard Mills, el Gobierno ucraniano está dando pasos positivos en el control de las armas provenientes del extranjero con la creación, entre otros, de una comisión de seguimiento. "Nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad de prevenir la proliferación ilícita de armas", dijo.
Mills calificó de "falsas" las afirmaciones de que Occidente está "escalando y prolongando el conflicto" y aseguró que se trata de "intentos cínicos de desviar la atención del papel de Moscú".