La Guardia Nacional de México, una de las principales institución civiles de seguridad pública, ya forma parte desde este viernes por decreto del Ejército, tal y como planeó el presidente Andrés López Obrador, quien considera este cambio esencial para hacer frente al crimen organizado y a la violencia que impera en este país.
Este cuerpo, creado en 2019 como parte de un proyecto del presidente y compuesto en su mayoría por miembros de las Fuerzas Armadas, se encontraba hasta la fecha bajo el mando de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). La propuesta fue avalada en el Senado por 71 votos a favor, 51 en contra y una abstención.
Sin embargo, buena parte de la sociedad civil y la oposición se han mostrado contrarios a esta medida. Acusan a López Obrador de cambiar la posición que sostenía cuando era candidato –siempre a favor de devolver al Ejército a sus cuarteles– y de querer militarizar el país.
También critican que la reforma va en contra de lo establecido en la Constitución, donde se considera a la Guardia Nacional como una institución civil. Está previsto que el Partido Acción Nacional (PAN) presente un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
López Obrador justifica su giro de postura por el problema de inseguridad. "Sí, sí, cambié de opinión ya viendo el problema que me heredaron. Cómo enfrentar el problema de la inseguridad", comentó.
"Vi que se tenía que enfrentar el problema de inseguridad y no se tenía con quién", añadió el mandatario, quien considera que las Fuerzas Armadas son más difíciles de corromper por el crimen organizado.
El mandatario aseguró "estar convencido" de que esta institución debe depender de la Secretaría de la Defensa (Sedena) para que no "se eche a perder", como "pasó con la Policía Federal", creada durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) y que sustituyó la Guardia Nacional.
"No a la militarización"
Esta semana, activistas y defensores de derechos humanos se manifestaron al grito de "no a la militarización" o "la militarización, no es la solución", en la capital mexicana.
"Recomendamos al Gobierno y al Congreso no profundizar en el militarismo. Hoy no hay amenaza más grande para la democracia que terminar de militarizar la seguridad pública", reza uno de los comunicados publicados por el colectivo Seguridad Sin Guerra, integrado por académicos, defensores de los derechos humanos, activistas y periodistas.
Amnistía Internacional dice que se ha demostrado que México es "más peligroso que hace 16 años, cuando se decidió que militares salieran a las calles". Según sus cálculos, los homicidios se han incrementado un 218 % entre 2006 y 2022.
"Miembros de las corporaciones militares mexicanas han cometido con frecuencia crímenes de derecho internacional y graves violaciones a los derechos humanos con impunidad", subraya. De 2014 a la fecha, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió al menos 6.661 quejas por violaciones a derechos humanos cometidas por la Sedena, la Secretaría de la Marina (Semar) y la Guardia Nacional.
Actualmente, el país se encuentra envuelto en una ola de violencia y, según un informe de la organización no gubernamental Causa en Común, durante los primeros seis meses de 2022, se registró un promedio de 17 atrocidades al día, lo que representa un incremento interanual del 18 %
De diciembre de 2018 a julio de 2022, se reportaron 126.595 asesinatos y alrededor del 93 % de los crímenes sigue sin resolverse.
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