Un hombre de 77 años murió el pasado 11 de septiembre tras ser atacado por un canguro en una zona rural de Australia Occidental, informan medios locales.
Un familiar encontró al anciano con heridas graves en su casa, donde, supuestamente, mantenía un canguro salvaje como mascota. Se trata del primer ataque mortal de un canguro en el país en más de 85 años, desde 1936.
Cuando los servicios de emergencia llegaron para prestar los primeros auxilios a la víctima, el canguro se puso violento y no permitía que los paramédicos entraran en la propiedad. Los agentes de Policía tuvieron que matar al canguro, ya que —esgrimen— suponía una amenaza para el personal de emergencia.
Según el experto Hayley Shute, del Parque de Reptiles de Australia, es importante tener en cuenta la amenaza que suponen los canguros machos adultos, pese a que el público ve a los canguros como "animales mullidos y de peluche".
Debido al entorno y a la jerarquía de los canguros, los machos suelen luchar contra los miembros más grandes de una manada, lo que implica un mayor nivel de agresividad en comparación con las hembras de canguro.
Según el experto, que un canguro macho pueda causar lesiones muy serias, potencialmente mortales, "no es sorprendente", debido a su gran tamaño y a su fuerza. De hecho, el canguro gris occidental macho puede llegar a medir 2,2 metros de largo y pesar hasta 70 kilos.
"Sus cuerpos están hechos para esto, están hechos para el boxeo y para la batalla en algunos casos", agrega Shute.