Las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia por su operación militar en Ucrania son un tiro que ha salido por la culata, y ahora los propios europeos tienen que pagar el precio por las decisiones de sus políticos, opina el excongresista estadounidense Ron Paul.
En su columna semanal en la web del Instituto Ron Paul para la Paz y la Prosperidad, el activista y excandidato presidencial citó las penas de hasta tres años de prisión a las que podrían enfrentarse los residentes suizos por exceder la norma de calefacción de sus hogares.
"¿Pena de cárcel por calentar su casa? ¿En el mundo 'libre'? ¿Cómo es posible que en 2022, cuando Suiza y el resto del Occidente político han alcanzado el mayor éxito económico de la historia, el continente europeo se enfrente a un invierno como algo salido de la Edad Oscura?", se preguntó el político.
Aunque son promovidas como una alternativa menos destructiva que la guerra, las sanciones "de verdad son actos de guerra, que pueden llevar a consecuencias imprevistas", escribió.
En este contexto, las sanciones europeas contra Rusia "probablemente pasarán a la historia como un excelente ejemplo de cómo las sanciones pueden tener consecuencias imprevistas", indicó.
Al reducir las importaciones de gas natural y crudo ruso, los países europeos se olvidaron de su dependencia de esta fuente de energía, mientras que Rusia encontró nuevos clientes al sur y el este e incluso ha aumentado sus ganancias, en tanto que a Europa se le avecina un "invierno frío y desplome económico".
"Todo por la falsa creencia de que las sanciones son una forma gratuita de obligar a otros países a hacer lo que uno quiere que hagan", explicó Paul.
Ahora varios países europeos -sostuvo- son escenario de protestas multitudinarias contra la política del bloque, que está sacrificando su economía en función del objetivo de derrotar a Rusia en Ucrania.
"Todo esto es predecible. Las sanciones matan. A veces matan a inocentes en el país al que se dirige la destrucción, y a veces matan a inocentes en el país que las impone. La solución, como siempre, es la no intervención. Nada de sanciones, nada de 'revoluciones de colores', nada de injerencias. Es así de sencillo", resumió.