Cerca de 115.000 trabajadores ferroviarios estadounidenses están dispuestos a declararse en huelga este viernes, paralizando el 30 % del tráfico de mercancías de larga distancia, después de que las negociaciones entre los sindicatos ferroviarios y los transportistas no hayan dado frutos, reporta Reuters.
Las conversaciones se celebraron este miércoles en la sede del Departamento de Trabajo de EE.UU. en Washington, pero las partes no lograron llegar a un acuerdo. Ahora, las compañías ferroviarias, entre ellas Union Pacific, BNSF de Berkshire Hathaway y Norfolk Southern, tienen hasta un minuto después de la medianoche del viernes para negociar con los sindicatos antes de que comience un paro laboral.
Los gremios exigieron la mejora de las condiciones de trabajo y un incremento salarial, ya que no han tenido ningún aumento durante tres años. Por su parte, las empresas ferroviarias sugirieron un incremento del 24 %, pero varios sindicatos instaron a mejores condiciones.
La huelga podría congelar casi el 30 % de los envíos de carga de Estados Unidos por peso, disparar la inflación, suponer un costo para la economía del país de hasta 2.000 millones de dólares al día y provocar una cadena de problemas de transporte que afectarían a la energía, la agricultura, la fabricación y el comercio minorista, escribe la agencia.
En este contexto, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, afirmó en declaraciones a la prensa que el paro sería "un resultado inaceptable" para la economía y el pueblo estadounidense, y que "todas las partes deben trabajar para evitarlo".
Mientras tanto, el Gobierno de EE.UU. está buscando medios alternativos de transporte de carga y mercancías para garantizar el suministro de productos esenciales en caso de paro laboral.