El Pentágono acordó con Japón encontrar nuevas formas de defensa de las armas hipersónicas, como parte de los esfuerzos del Ejército estadounidense en desarrollar un sistema capaz de contrarrestar los misiles hipersónicos desarrollados por China, y que están siendo desplegados por Rusia.
El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, se reunió con su homólogo japonés, Yasukazu Hamada, en la sede del Pentágono el miércoles, donde discutieron la futura coordinación militar entre las dos naciones, centrándose en las "acciones coercitivas" de China hacia Taiwán en las últimas semanas, según The Japan Times.
"Los ministros coincidieron en que Japón y Estados Unidos acelerarían aún más la cooperación en el área de equipos y tecnología para garantizar la ventaja tecnológica de la alianza", incluido el "análisis conjunto sobre tecnología 'antihipersónica'", dijo el Ministerio de Defensa japonés en un comunicado.
El ministerio señaló que Washington y Tokio "cooperarán de manera estrecha y sin problemas" para evitar cualquier "cambio unilateral en el statu quo" en la región del Indo-Pacífico, donde los buques de guerra estadounidenses realizan con frecuencia misiones de "libertad de navegación" en áreas marítimas reclamadas por Pekín.
Tanto Austin como Hamada también acusaron a Pekín de ejercicios militares cerca de Taiwán, que China considera parte de su propio territorio, provocados por la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, el mes pasado.
Las armas hipersónicas, que apuntan los militares de Estados Unidos, son aquellos proyectiles cuya velocidad es igual o superior a cinco veces la velocidad del sonido. Su detección y defensa contra ellos es un complicado reto técnico ya que pueden maniobrar en trayectoria y volar a altitudes más bajas que los misiles balísticos convencionales.
Aunque el Pentágono ha estado impulsando varios proyectos de misiles hipersónicos durante mucho tiempo, aún no se ha adoptado ningún proyectil de esas características. Después de una "exitosa" prueba del misil hipersónico AGM-183, desarrollado bajo el programa de Respuesta Rápida de Lanzamiento Aéreo (ARRW, por sus siglas en inglés), su fabricante, Lockheed Martin, aseguró que se trata de un "gran avance", aunque el misil no logró alcanzar su velocidad máxima teórica de Mach 20 (20 veces la velocidad del sonido).
De forma paralela, la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación en Defensa de EE.UU. (DARPA, por sus siglas en inglés) realizó con éxito la primera prueba de su arma hipersónica Operational Fires, realizada en el campo de misiles White Sands en Nuevo México.