Los mecanismos que los astrónomos utilizan para descifrar la información espectral no son lo suficientemente buenos para interpretar con precisión los datos del telescopio espacial James Webb, según un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publicado este jueves en la revista Nature Astronomy.
En particular, los modelos de opacidad, utilizados para decodificar los espectros de los exoplanetas, podrían necesitar una modificación para ajustarse a la precisión de los datos del telescopio, sugieren los investigadores.
Si estos modelos no se mejoran, las propiedades de las atmósferas planetarias, como su temperatura, presión y composición elemental, podrían estar desfasadas en un orden de magnitud, lo que podría impedir captar señales que marcan si el planeta es habitable o no.
"Hay una diferencia científicamente significativa entre la presencia de un compuesto como el agua en un 5 % y un 25 % que los modelos actuales no pueden diferenciar", señaló el codirector del estudio, Julien de Wit, profesor asistente del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias (EAPS) del MIT.
En su estudio, los investigadores crearon ocho modelos de opacidad alternativos. A continuación, introdujeron los espectros del telescopio James Webb a través de estos modelos y descubrieron que todos ellos producían predicciones muy diferentes sobre las propiedades de la atmósfera de un planeta, pero parecían ajustarse muy bien a los datos.
"Descubrimos que hay suficientes parámetros que se pueden ajustar, incluso con un modelo incorrecto, para conseguir un buen ajuste, lo que significa que no se sabría que el modelo es incorrecto y que lo que dice es incorrecto", explicó de Wit.
Los investigadores plantearon algunas ideas que podrían mejorar los modelos de opacidad existentes, incluida la necesidad de realizar más experimentos de laboratorio para perfeccionar los modelos.
"Se podrían hacer muchas cosas si supiéramos perfectamente cómo interactúan la luz y la materia", agregó el coautor del estudio Prajwal Niraula, estudiante de posgrado de EAPS. "Lo sabemos bastante bien en torno a las condiciones de la Tierra, pero en cuanto pasamos a otros tipos de atmósferas, las cosas cambian, y eso supone un montón de datos, cada vez de mayor calidad, que corremos el riesgo de malinterpretar", concluyó.