Un gobernador de EE.UU. pide considerar "cargos de secuestro" contra los que envían a migrantes a zonas prodemócratas

"Está claro que el transporte de familias, incluidos los niños, a través de las fronteras de estados con falsos pretextos es moralmente reprobable", subrayó.

El gobernador de California (EE.UU.), Gavin Newson, arremetió este jueves contra los gobernadores republicanos por haber enviado a migrantes a las regiones prodemócratas. 

"Está claro que el transporte de familias, incluidos los niños, a través de las fronteras de estados con falsos pretextos es moralmente reprobable, pero también puede ser ilegal", señaló Newson en un comunicado difundido por la Oficina del gobernador de California. 

También indicó que varias personas que fueron enviadas a la isla de Martha's Vineyard, en Massachusetts, "han aseverado que un reclutador les indujo a aceptar la oferta de viaje basándose en falsas afirmaciones de que serían transportados a Boston y recibirían un acceso acelerado a la autorización de trabajo". 

El alto funcionario también denunció que, "según las acusaciones, los reclutadores se dirigieron a las personas por su origen nacional, y la intención parece haber sido humillarlas y deshumanizarlas". 

En este contexto, el gobernador californiano exigió a los organismos correspondientes "abrir una investigación sobre posibles violaciones penales o civiles de la ley federal basadas en este supuesto esquema fraudulento". "En particular, insto al Departamento de Justicia a que investigue si la supuesta inducción fraudulenta apoyaría los cargos de secuestro bajo las leyes estatales pertinentes", detalló. 

Las autoridades republicanas de las regiones sureñas del país han estado enviando recientemente a los migrantes fuera de sus estados. En particular, este jueves, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió dos aviones que transportaban a docenas de migrantes a Martha's Vineyard. "Cada comunidad en Estados Unidos debería compartir las cargas", declaró.

La iniciativa de las autoridades republicanas desató un aluvión de críticas entre sus adversarios. La misma jornada, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, calificó el procedimiento como "una forma cruel e inhumana de tratar a las personas que huyen del comunismo".