El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México aseguró que las obras del Tramo 5 del Tren Maya no afectarán un esqueleto hallado en unsistema de cuevas sumergidas de la costa caribeña mexicana, que se inundó al final de la última glaciación.
"La cueva donde se localizan estos vestigios se encuentra fuera del derecho de vía del Tren Maya y a una distancia aproximada de 400 metros donde, enfáticamente puede afirmarse, no tendrá ninguna afectación, lo cual ha sido verificado mediante estudios técnicos de distintas especialidades", dice el INAH en un comunicado.
No obstante, señala, realizarán las acciones de monitoreo necesarias para evitar afectaciones y saqueos. "Como lo ha hecho desde el inicio del proyecto Tren Maya, el INAH seguirá realizando los trabajos de protección y conservación en las cuevas y cenotes localizados en el área de influencia de todos los tramos del proyecto ferroviario", menciona.
En el texto, el INAH también hace algunas aclaraciones sobre el hallazgo y la osamenta, luego que esta semana circulara información al respecto.
La información publicada en medios
De acuerdo con varios medios de comunicación del país latinoamericano, el hallazgo fue hecho por el arqueólogo Octavio del Río, a quien la prensa identifica como buzo colaborador del INAH, y su compañero de buceo, Peter Broger, el pasado fin de semana.
Del Río confirmó que encontró los restos a 400 metros de la entrada de una cueva inundada. "La osamenta está depositada sobre una gran capa de sedimento. Los huesos también tienen sedimento encima, con lo cual se infiere que tiene mucho tiempo ahí", dijo el buzo a Reforma.
Añadió que por la posición en la que está hacia el interior de la cueva, la distancia y la profundidad, infieren que es un individuo de la prehistoria. "La única forma que pudo haber llegado ahí era cuando la cueva estaba seca. Tendrá alrededor de 8.000 años o más", explicó.
No trabaja con el INAH
El Instituto de Antropología aclara en su comunicado que la osamenta "corresponde a un hallazgo realizado en 2019 y se encuentra plenamente registrado e identificado como parte del proyecto de Arqueología del Holoceno, a cargo de la arqueóloga Carmen Rojas Sandoval, investigadora del Centro INAH Quintana Roo", quien realizó la inscripción ante el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH.
El instituto indica que hasta el momento no se han llevado a cabo análisis científicos que permitan datar los vestigios, pero dice que se hará a futuro.
Aparte de eso, deja claro que Del Río "no trabaja ni realiza actualmente colaboración alguna con el instituto", por lo que el INAH "se deslinda de cualquier acción o afirmación que pueda llevar a cabo".