"Soportamos arbitrariedades insólitas": La defensa de Cristina Fernández inicia sus alegatos en la recta final del juicio

La defensa de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, comenzó este lunes sus alegatos en la recta final del juicio en el que está acusada de haber encabezado una asociación ilícita, presunto delito por el que la Fiscalía ya pidió una pena de 12 años de prisión en su contra.

El abogado Carlos Beraldi denunció las "arbitrariedades insólitas" sufridas por la expresidenta, a lo largo de este y otros procesos judiciales, y que incluyeron agravios a su familia y "disparates" como sostener que el peso físico de los expedientes constituye una prueba en sí misma.

Se refirió así a la campaña que llevaron a cabo los fiscales Diego Luciano y Sergio Mola al anunciar que tenían "tres toneladas de pruebas", premisa que validó la prensa 'antikirchnerista', que sigue siendo la de mayor difusión en el país sudamericano.

"Escuchamos cosas insólitas que luego repiten los medios de comunicación, como que la prueba es contundente y va en relación directa con el peso que esa prueba tiene, a la cual se le adjudican tres toneladas. Miren, yo no empecé mi carrera en defensa de la doctora Kirchner, tengo una larga trayectoria y nunca había escuchado semejante disparate, después del cual es difícil volver", argumentó.

Beraldi advirtió que todos los funcionarios judiciales tienen que asumir responsabilidades que los fiscales no han honrado. "Ese deber no se trata solo de tener la intención de ganar el proceso, sino de cumplir nuestro rol y satisfacer las expectativas que la gente tiene, máxime cuando se trata de un proceso de semejante trascendencia mediática", afirmó.

Con respecto a las acusaciones contra Fernández de Kirchner que se aceleraron cuando terminó su Gobierno, el abogado señaló que su consejo fue presentarse siempre en todos los expedientes para demostrar que los cargos eran falsos.

"En esa tarea ardua no bajamos los brazos en ningún momento, incluso cuando tuvimos que soportar arbitrariedades insólitas que no tienen antecedentes en el país, como que en un mismo día [a la vicepresidenta] se le citara a ocho declaraciones indagatorias", sostuvo.

Acusaciones refutadas

También se refirió al día en el que a él mismo lo expulsaron de un allanamiento realizado en la casa de la expresidenta en la ciudad de Buenos Aires, lo que constituyó, según argumentó, una flagrante violación de su derecho a la defensa.

"Pero los agravios que se cometieron en el proceso no solo tuvieron como destinatarios a Cristina Fernández de Kirchner y a esta defensa. Superando todos los límites se dirigieron hacia su hija que, como todos sabemos, jamás desarrolló ninguna actividad política. Eso no fue óbice para que se le atacara, se le estigmatizara y se quebrantara su salud", acusó.

Beraldi afirmó que solo coincide en algo con los fiscales, y es en que, "cuando se busca la verdad, esa verdad siempre aparece". En ese sentido, aseguró que, después de tres años de audiencias, en este juicio quedó demostrado que las denuncias que dieron origen a la causa, y que datan de 2016, carecen de verosimilitud.

Pese a ello, lamentó, los fiscales olvidaron todo lo que se expuso a lo largo del juicio y, durante sus nueve jornadas de alegatos, repitieron las mismas acusaciones, como si las audiencias previas, las declaraciones de testigos y las pruebas no hubieran existido.

Beraldi explicó a lo largo de su exposición que en la adjudicación de los contratos públicos intervienen múltiples autoridades y que, además, son validados por el Congreso. También mostró las declaraciones de varios testigos que aseguraron que ni en las licitaciones ni en el desarrollo de las obras hubo irregularidades.

Por otra parte, apeló a los conflictos de intereses que envuelven la causa, ya que un fiscal y uno de los jueces que forma parte del tribunal que dictará el fallo jugaban juntos al fútbol en una hacienda propiedad del expresidente Mauricio Macri, máximo adversario de Fernández de Kirchner.

La causa

La vicepresidenta protagoniza la llamada 'Causa Vialidad', que se originó en una auditoría realizada por la Dirección Nacional de Vialidad en 2016, ya bajo el Gobierno de Mauricio Macri, para investigar la adjudicación de millonarias obras públicas en la provincia de Santa Cruz, el feudo político de la familia Kirchner desde los años 90.

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Néstor Kirchner gobernó esa provincia desde 1991 hasta 2003, año en el que se convirtió en presidente. Según la Fiscalía, a partir de entonces la pareja armó un esquema de corrupción para favorecer con millonarios recursos públicos a Lázaro Báez, un empresario que forma parte de la lista de 13 acusados en este juicio y que además de ser amigo de la familia Kirchner, también tenía negocios privados con ellos.

Para desmentir las acusaciones y demostrar que Báez no había sido el empresario más favorecido durante el kirchnerismo, la vicepresidenta pidió que se realizara una auditoría a toda la obra pública que se adjudicó durante su gestión, lo cual le fue rechazado.

Fernández de Kirchner ha asegurado que ello se debió a que la auditoría revelaría más bien actos delictivos por parte de empresarios vinculados con Macri. También cree que la van a condenar y que el fallo está escrito de antemano porque forma parte de una persecución judicial en su contra.

El juicio, que se prevé terminará entre diciembre y febrero, quedó enrarecido ya que el pasado 1 de septiembre, solo 10 días después de que los fiscales pidieran una pena de 12 años de prisión en contra de la vicepresidenta, un hombre intentó matarla.

Beraldi terminará sus alegatos y el viernes se prevé la última declaración de Fernández de Kirchner frente al tribunal, lo que ha generado una fuerte expectativa.

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