El huracán Fiona, que el pasado domingo tocó tierra en la costa suroeste de Puerto Rico y este lunes puso a 16 provincias en alerta roja y otras 16 en alerta amarilla en República Dominicana, se fortaleció hasta convertirse en una tormenta de categoría 2.
Actualmente, sus vientos máximos sostenidos se sitúan en 165 km/h, mientras se desplaza hacia el noroeste a unos 17 km/h. Asimismo, existe el riesgo de que a medida de que avanza hacia las Islas Turcas y Caicos, un territorio británico al sureste de las Bahamas, incluso podría alcanzar la categoría 3 en menos de 24 horas.
"Se esperan condiciones de huracán en las Islas Turcas y Caicos a partir de esta noche o temprano el martes. Tormenta tropical y condiciones de huracán son posibles dentro del área bajo vigilancia de huracanes en la República Dominicana esta noche", advierte el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés).
El centro del Fiona ahora se encuentra a unos 210 km al sureste de Gran Turca. Para Puerto Rico la amenaza de fuertes vientos ha disminuido, pero potentes lluvias aún ponen en peligro a su territorio, al igual que al de República Dominicana. "Estas lluvias continuarán produciendo inundaciones catastróficas y potencialmente mortales junto con deslaves y deslizamientos de tierra en todo Puerto Rico. Es probable que se produzcan inundaciones repentinas y urbanas que pongan en peligro la vida en las partes orientales de la República Dominicana", reza el comunicado.
El huracán llegó a República Dominicana tras su paso por Puerto Rico, donde dejó inundaciones catastróficas y vientos máximos sostenidos de 150 kilómetros por hora. El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, calificó los daños causados por el huracán en territorio puertorriqueño como "catastróficos". Según informó CNN, dos personas fallecieron a causa del desastre natural.
A su vez, casi 800 personas han sido desplazadas a zonas seguras y 54 viviendas han sido afectadas por el Fiona en República Dominicana. Esta jornada también se informó acerca de la primera muerte que se registró en medio de fuertes lluvias y vientos. De acuerdo al ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, el huracán dejó una situación "calamitosa" en la región este del país. Se trata del primer huracán que toca tierra en República Dominica tras la llegada de Iván en 2004.