A día de hoy, los fabricantes de drones de Taiwán están actualizando la primera generación de vehículos no tripulados de fabricación nacional para que puedan ofrecer un fuerte apoyo a la defensa de la isla.
Flyingfish
En este contexto, Robert Cheng, el presidente de la compañía JC Tech, que empezó a desarrollar drones en 2018, reveló que su empresa ha fabricado y ha puesto a prueba prototipos de un dron suicida llamado Flyingfish. Este vehículo no tripulado se inspira en los drones Switchblades de fabricación estadounidense y ya ha sido apodado como el 'Switchblade taiwanés', recoge Focus Taiwan.
Hecho de un material similar al plástico, el Flyingfish 200 mide 115 centímetros de largo pero pesa tan solo 2,2 kilogramos completamente cargado. Gracias al GPS incorporado, la inteligencia artificial y una cámara, es capaz de apuntar a su objetivo dentro de un alcance de 10 kilómetros. Una vez preparado para el ataque, el dron desciende y choca contra el blanco, detonando los explosivos.
Cheng precisó que el nuevo dron existe en tres tamaños, siendo el Flyingfish 200 el modelo de gama media, con una carga útil de 500 gramos equiparable a 10 granadas. Su precio se sitúa por debajo de 3.000 dólares, lo que lo hace mucho más económico que los misiles de crucero u otros vehículos no tripulados de combate y, por lo tanto, más rentable para ser desplegado en grandes cantidades.
Albatross II
Mientras tanto, la compañía de aviación GEOSAT, que comenzó a fabricar drones en 2008 junto con el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan (NCSIST), el desarrollador y fabricante de armas de Taiwán, ha estado trabajando en la creación del dron Albatross II. Se trata de una versión actualizada del Albatross de primera generación que utilizan las Fuerzas Armadas de Taiwán.
El director ejecutivo de GEOSAT, Lo Cheng-fang, precisó que el nuevo modelo posee funciones de vigilancia y combate, ha sido dotado de una mayor resistencia al vuelo, mejores comunicaciones y una mayor carga útil. Además, su alcance ha sido aumentado a 250 kilómetros en comparación con los 150 de su predecesor.
Asimismo, el nuevo dron viene equipado con un radar de apertura sintética, elemento que le permite realizar vigilancia en un área más amplia con menos interferencia de luz limitada o en malas condiciones climáticas.
Por lo que respecta a Flyingfish, la compañía JC Tech planea firmar el primer contrato para su distribución con un país del sudeste asiático el próximo mes y espera algún día llegar a suministrar sus drones al Ejército de Taiwán. GEOSAT, por su parte, no especificó cuándo podrían entrar en servicio los drones Albatross II, pero si las pruebas van según lo programado podrían empezar a producirse masivamente el próximo año.