La ONU pide donaciones a multimillonarios y países ricos para evitar "un caos en todo el mundo"
El mundo afronta "la tormenta perfecta encima de la tormenta perfecta" debido a la crisis alimenticia y el déficit de fertilizantes por todo el mundo, destacó este jueves el estadunidense David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, recoge AP.
Beasley alentó a los donantes, en particular, a los países del golfo Pérsico y multimillonarios, a tratar de corregir la situación lo antes posible, advirtiendo que "en caso contrario, habrá caos por todo el mundo". "Les pedimos [donar] sus ingresos de varios días para estabilizar el mundo", señaló el jefe del PMA.
Beasley dijo que hace 5,5 años, cuando ocupó el cargo, 80 millones de personas en el mundo estaban camino a la hambruna. "Pensé que podía poner el PMA fuera de servicio", constató. Sin embargo, los cambios climáticos, la pandemia del covid-19 y el conflicto en Ucrania agudizaron los problemas de la seguridad alimenticia. Hoy en día, según Beasley, el problema afecta a 345 millones de personas.
"Dentro de ese número 50 millones de personas en 45 países llaman a la puerta de la hambruna", subrayó, agregando que, si el PMA y sus donantes no corrigen la situación, eso llevará a una desnutrición, desestabilización interna de muchos países e inmigración masiva. Para evitarlo "se debe reaccionar ahora mismo".
Además, explicó que a pesar de que en el mundo se produce suficiente comida para alimentarlos a todos, existe una crisis de fertilizantes que obstaculiza la seguridad alimenticia global. Se refiere a la situación actual, con Rusia luchando por el acceso de sus fertilizantes a los mercados internacionales, mientras que en Asia y África hay escasez de abonos. "Debemos mover estos abonos, y lo debemos hacer rápidamente", añadió el director del PMA.
No solo Beasley, también otros funcionarios de la ONU constatan que la situación humanitaria global se está agudizando. Csaba Korosi, presidente de la Asamblea General, al abrir la sesión este martes, dijo que "parece que vivimos en un estado permanente de emergencia humanitaria". El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo hincapié en que la brecha financiera de los programas humanitarios alcanzó un récord de 32.000 millones de dólares.