Peor que nunca: los glaciares suizos pierden 3 kilómetros cúbicos de hielo en lo que va de año
2022 ha sido desastroso para los glaciares alpinos en Suiza, informó este 28 de septiembre el Instituto Federal Suizo de Estudios de Bosques, Nieve y Relieves.
Todos los récords anteriores de derretimiento de hielo, particularmente los registros del caluroso año 2003, han sido batidos por la gran escasez de nieve caída el pasado invierno y las continuas olas de calor del verano. Se han perdido cerca de 3 kilómetros cúbicos de hielo, o más del 6 % del volumen total, según datos de la Comisión Criosférica de la Academia de Ciencias de Suiza. A modo de comparación, los años con una pérdida de hielo del 2 % fueron descritos en su momento por los expertos como 'extremos'.
La pérdida fue particularmente dramática para los glaciares pequeños, como el glaciar Pizol, en el cantón de St. Gallen, el Vadret dal Corvatsch, en los Grisones, y el Schwarzbachfirn, en Uri, que prácticamente han desaparecido y han dejado de ser medidos. En el valle de Engadina (Grisones) y el sur del cantón Valais, se desvaneció una capa de hielo de 4 a 6 metros de espesor a 3.000 metros sobre el nivel del mar. En algunos casos, esto fue más del doble del récord anterior y la pérdida media de grosor del hielo en todas las regiones ronda los 3 metros.
"Las observaciones muestran que muchas lenguas de glaciares se están desintegrando y unos parches de roca están surgiendo del delgado hielo en medio de los glaciares", señala el informe. Este es uno de los procesos que más están acelerando el declive de la glaciación alpina, al que se sumó entre marzo y mayo un gran volumen de polvo procedente del Sáhara. La nieve contaminada absorbió más energía solar y los glaciares, que ya habían perdido su capa protectora de nieve a principios del verano, fueron luego diezmados por el extremo calor estival.
El exceso térmico no deja en paz ni siquiera a las cimas de los Alpes. Así, en una estación meteorológica situada a 3.571 metros de altitud en Valais, los calurosos y soleados meses de verano sin nubes mantuvieron las temperaturas por encima del punto de congelación en el 41 % de los días entre junio y agosto.
La tendencia afecta el suministro de agua y de energía, puesto que el derretimiento del hielo en julio y agosto habría proporcionado agua suficiente para llenar todos los embalses de los Alpes suizos desde cero, calculan los climatólogos helvéticos. Por otra parte, el verano extremadamente seco hizo que hasta mediados de septiembre solo hubieran caído unos pocos centímetros de nieve nueva en alta montaña.