Bajo la presión de varios países miembros de la Unión Europea, el órgano ejecutivo del bloque, la Comisión Europea, ha formulado nuevas propuestas para una posible limitación del precio máximo del gas importado desde Rusia, según un documento al que ha tenido acceso la agencia alemana DPA.
De acuerdo con la información disponible, "el objetivo principal de la UE es garantizar precios más bajos para los consumidores ya en este invierno". Sin embargo, desde Bruselas solo han respondido parcialmente a las exigencias de los Estados del bloque comunitario.
En concreto, la Comisión Europea propone, entre otras cosas, fijar un precio máximo para el gas ruso. Otra opción es poner un tope al precio del gas en la generación de energía con el fin de bajar el costo de la electricidad. El documento no detalla cómo se aplicaría esta medida en toda la UE, pero la diferencia entre ese tope y el precio de mercado correría a cargo del sistema de suministro eléctrico.
Grecia, Italia, Bélgica, Francia y otros once países habían pedido previamente a la comisión que presentara una propuesta de precio máximo para el gas, tanto del importado de Rusia como de otras partes, así como para las operaciones en los centros mayoristas dentro de la UE. En el nuevo documento, el brazo ejecutivo del bloque advirtió sobre posibles efectos negativos por la implementación de esa medida.
Discrepancias internas
"Si la acción de fijación de precios se toma de forma aislada, existe el riesgo de que aumente la demanda en lugar de abordar la escasez subyacente". La comisión también escribió que para limitar los precios mayoristas europeos, y no solo las importaciones, se necesitaría crear un sistema centralizado que reemplace al mercado, racionando y distribuyendo gas. Actualmente no existe ninguna organización a nivel europeo que técnicamente pueda regular esto.
En el marco de la "guerra total" de Occidente contra Rusia, la UE viene debatiendo hace semanas la posibilidad de imponer un límite máximo de precios al gas ruso, pero aún no ha logrado el objetivo debido a las discrepancias internas. Estaba previsto que la medida fuera anunciada a mediados de septiembre, pero en su lugar la Comisión Europea aprobó una reducción del consumo de electricidad de hasta el 10 % por parte de cada uno de los Estados miembros y un 'impuesto solidario' a determinadas compañías energéticas.
Este viernes, los ministros de Energía de la UE celebrarán una reunión en Bruselas para discutir dichas propuestas. Se espera que se llegue a un acuerdo sobre la aplicación de impuestos extraordinarios sobre las ganancias "excedentes" de las empresas energéticas y también se discutirá el tope del precio del gas ruso. Alemania y otras naciones se habían pronunciado en contra de esta última iniciativa.