Dos policías griegos acusados del asesinato de un joven de 15 años insisten en su inocencia.
Cientos de policías se encargaron de la seguridad del proceso que se volvió a abrir en la pequeña ciudad provincial de Amfissa, a 200 kilómetros de Atenas, después de un aplazamiento de dos días.
La muerte a tiros de un adolescente en Atenas el 6 de diciembre de 2008 provocó disturbios durante tres semanas en toda Grecia.
Alexis Grigoropulos, de 15 años, falleció tras ser alcanzado por un disparo cuando se encontraba con un grupo de amigos en el barrio ateniense de Exarjia, punto de reunión de colectivos anarquistas y antisistema y en el que los enfrentamientos con la policía son frecuentes.
En el banquillo de los acusados se sientan los agentes Epaminontas Koronaeas y Vasilis Saraliotis, imputados el primero por homicidio intencionado con malicia y el segundo por complicidad en homicidio, cargos de los que hoy se declararon inocentes.
“No acepto haber ocasionado ninguna muerte”, declaró Koronaeas, quien agregó que el fallecimiento del adolescente fue “el resultado de un momento difícil”.
Se decidió celebrar el proceso fuera de Atenas para intentar reducir la tensión y dificultar la presencia de grupos radicales.