China pretende ofrecer una alternativa a lo que Pekín considera como un empeño de Washington de imponer un orden mundial liderado por EE.UU., según los analistas citados por el periódico South China Morning Post.
Andrew Korybko, analista de relaciones internacionales con sede en Moscú que se especializa en multipolaridad, comentó el contenido de un artículo que cita el medio chino, en el que aparece que "China siempre ha defendido la práctica del multilateralismo real y promovido la democratización de las relaciones internacionales".
En opinión de Korybko, el uso del término "multilateralismo real" por parte de Pekín está destinado a proyectar su punto de vista acerca de la retórica de Washington que considera "engañosa". "Según Pekín, Washington prevé grupos cerrados de países que cooperan de una manera que podría complicar los intereses de terceros y, por lo tanto, viola el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas", explicó Korybko, autor de 'La Ley de la Guerra Híbrida: Hemisferio Oriental'.
Por otra parte, cuando China invita a llevar a cabo una "democratización de las relaciones internacionales", en realidad desea expresar que EE.UU. es un país "antidemocrático" que presiona a otros países para que cambien sus modelos de Gobierno o de sociedad si no son aprobados por Washington.
"Es una referencia velada a la postura constante de China de que EE.UU. impone su voluntad a expensas de ellos, por ejemplo, agregando condiciones políticas a la cooperación económica, financiera, humanitaria y, a veces, incluso, de seguridad, particularmente antiterrorista", comentó Korybko, agregando que mientras Washington implementa tácitamente el cambio de régimen, China apoya el "refuerzo del régimen".
A su vez, Mohammadbagher Forough, investigador del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área, un grupo de expertos con sede en Hamburgo, señaló que Pekín "durante años" buscaba desafiar la visión del mundo de Washington, y ahora ha llegado el momento en el que "se siente lo suficientemente seguro como una potencia en ascenso", para ser capaz de "corregir la hegemonía unipolar en declive, recordando la forma en que la Carta de la ONU contempla las relaciones internacionales".
Al mismo tiempo, el megaproyecto global chino de la Nueva Ruta de la Seda, que se ha expandido por África, Asia, Oriente Medio, Europa, América Latina y Oceanía, también es otro mecanismo que podría beneficiar a China a la hora de cumplir sus propósitos. Korybko comentó que el proyecto era "la base de la gran estrategia contemporánea de China", que podría convertirse en colaboraciones políticas y estratégicas con el tiempo.
"La iniciativa se concibe como el vehículo a través del cual se pueden crear y fortalecer relaciones de interdependencia compleja entre China y el resto del mundo, impulsadas por los resultados deseados y mutuamente beneficiosos", señaló. "Esto crearía la base para que China reforme gradualmente la base económica financiera de las relaciones internacionales, lejos de su actual centralidad occidental".