Las Fuerzas de Autodefensa de Japón y el Ejército de EE.UU. realizaron este martes ejercicios militares conjuntos al oeste de la isla japonesa de Kyushu, en respuesta al lanzamiento de un misil balístico por parte de Corea del Norte, informó en un comunicado la Oficina del Estado Mayor Conjunto japonés.
"Este ejercicio bilateral reafirma la preparación de las Fuerzas de Autodefensa de Japón y las Fuerzas Armadas de EE.UU., lo que demuestra la fuerte voluntad y la estrecha cooperación sin fisuras entre Japón y Estados Unidos para responder a cualquier situación", señaló la entidad militar japonesa, agregando que esta medida "fortalece las capacidades de disuasión y respuesta" de ambos países.
En las maniobras militares, las Fuerzas de Autodefensa de Japón emplearon cuatro aviones caza F-15 y cuatro aviones de combate F-2, mientras que el Ejército estadounidense participó con cuatro aviones de combate polivalentes F-35.
Por su parte, el Comando del Indo-Pacífico de EE.UU. precisó, en dos comunicados simultáneos, que "tras el lanzamiento de un misil balístico de Corea del Norte sobre Japón" se tomó la decisión de llevar a cabo ejercicios militares con las Fuerzas Armadas de Japón y Corea del Sur. "Nuestro compromiso con la defensa de la República de Corea y Japón sigue siendo férreo", concluyó.
Este martes, Corea del Norte disparó un misil que sobrevoló las prefecturas de Hokkaido y Aomori, en el norte de Japón, y cayó finalmente fuera de la zona económica exclusiva del país asiático, en aguas del océano Pacífico.
De acuerdo con el ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada, probablemente Pionyang lanzó un misil balístico intercontinental del tipo Hwasong-12. Asimismo, agregó que el arma habría logrado un alcance récord en la historia de las pruebas armamentísticas de Corea del Norte, ya que voló alrededor de 4.600 kilómetros sobre el archipiélago de Japón.
Por otro lado, Washington condenó "enérgicamente" el lanzamiento del proyectil norcoreano, aseverando que se trató de una "decisión peligrosa e imprudente" que conllevó una "acción desestabilizadora" que demuestra "el flagrante desprecio" de las autoridades de ese país hacia "las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y las normas internacionales de seguridad".