Descubren el misterioso origen de las manchas púrpuras en los techos de la Alhambra

Durante cerca de 800 años, el palacio de la Alhambra ha sido un referente de la ciudad española de Granada y una de las joyas de la arquitectura islámica del siglo XII. A pesar de los trabajos de conservación, en la yesería que recubre las bóvedas ornamentadas del palacio, conocidas como mocárabes, han aparecido desde la década de 1990 una serie de misteriosas manchas púrpuras, hecho que ha desconcertado a los restauradores.

Tras investigar el fenómeno durante varios años, científicas de la Universidad de Granada finalmente han descubierto que la coloración de los mocárabes es producto de la corrosión de las finas láminas de oro, que fueron cubiertas con una capa de yeso blanco durante unos trabajos de restauración realizados en el siglo XIX.

Según detallan las académicas en su más reciente investigación, publicada en Science Advances, tras analizar las yeserías de los lugares de la Alhambra que recibían la escorrentía y la condensación del agua con microscopios de alta resolución y microanálisis químicos y moleculares, lograron identificar un patrón anormal e irregular de corrosión áurea, causada por un proceso electroquímico en el que el oro se disuelve y se oxida, adquiriendo una tonalidad púrpura.

Desde la Edad Media, apuntan las expertas, se disolvía el oro en agua regia, una mezcla de ácido nítrico y ácido clorhídrico, para sintetizar un pigmento conocido como púrpura de Cassio, el cual era muy codiciado en aquella época. No obstante, en la Alhambra la tonalidad se obtuvo gracias a "una combinación curiosa" de procesos y factores que dieron inicio a los procesos electroquímicos de corrosión.

De acuerdo a las académicas, cuando las moléculas de agua rica en iones de cloruro del ambiente se filtran a la capa de estaño de las bóvedas, se acelera la oxidación de este elemento, formando una capa de "suciedad" que cubre partes de la lámina de oro. Al estar expuestas a una concentración menor de oxígeno, se produce en estas áreas un proceso de corrosión por aireación diferencial, reacción que posibilita la disolución del metal precioso.

Al interactuar con un ambiente rico en iones de estaño, las nanoesferas formadas a partir del oro disuelto se oxidan, y al migrar hacia la capa de yeso tiñen de púrpura la superficie blanca de los mocárabes, dándoles su aspecto actual.

A pesar de que la degradación de las bóvedas de la Alhambra es irreversible, las autoras esperan que los resultados obtenidos arrojen nueva luz sobre los procesos de degradación y corrosión del oro, con lo que se podrán desarrollar mejores técnicas de intervención y restauración de monumentos y obras de arte.

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