El octavo paquete de sanciones impuesto por la UE contra Rusia representa una amenaza para la seguridad energética de Serbia, señaló este jueves Aleksandar Vulin, el ministro del Interior del país, comunica la página web del ministerio.
"La UE volvió a mostrar que es un club de países cuyas divisiones estuvieron en Stalingrado, y que la única consistencia en su política es vengarse de los pueblos libres. Por iniciativa de Croacia [...] le prohíben a Serbia importar petróleo ruso a través del oleoducto adriático pero no se lo prohíben a Bulgaria", subrayó Vulin, agregando que "la UE no impuso el octavo conjunto de sanciones contra Rusia, sino el primer paquete de sanciones contra Serbia".
El ministro serbio culpó también a Croacia de apoyar activamente las restricciones y describió a "la UE, en la cual nuestro destino lo decide una Croacia cada vez menos exitosa y más nociva", como "el lugar de nuestras futuras humillaciones y sufrimientos".
Croacia dispone de una terminal para recibir buques cisterna con crudo y productos de refinería petrolera, desde donde el combustible es suministrado a la empresa Industria Petrolera de Serbia, cuyo control mayoritario pertenece a sucursales de la empresa estatal rusa Gazprom. Después de las nuevas restricciones, Belgrado no será capaz de obtener ese petróleo.
A Croacia y sus aliados "no les importa que algo tenga sentido, les importa solo perjudicar a Serbia", expresó el ministro, y añadió que, como consecuencia de la iniciativa de Zagreb aprobada por la UE, "Serbia se ve obligada a comprar petróleo más caro de Irak y perder cientos de millones de euros".
La UE ha adoptado este miércoles el octavo paquete de sanciones antirrusas, que incluye la prohibición de importar productos de acero acabados y semiacabados rusos y exportar carbón coquizable, utilizado en las plantas industriales rusas, componentes electrónicos específicos utilizados para la fabricación de armas rusas, "elementos técnicos utilizados en el sector de la aviación, así como ciertos productos químicos" y armas pequeñas, junto con un tope al precio del petróleo ruso.