Aunque recientemente se descubrió el secreto de los tardígrados, organismos pluricelulares acuáticos y microscópicos, emparentados con los nematodos, para vivir décadas sin agua, y se conocía su capacidad de sobrevivir a la congelación, no estaba claro si envejecían más rápido o más lento en ese estado, o si el envejecimiento incluso se detenía. Ahora, científicos de la Universidad de Stuttgart revelaron que los tardígrados congelados no envejecen, sino se detienen sus relojes internos, como la "bella durmiente", comunicaron, este miércoles.
El profesor Ralph Schill y su equipo de investigación plantean que los tardígrados (también conocidos como 'osos de agua') pueden sobrevivir ilesos en diferentes entornos hostiles o incluso fatales para la mayoría de los organismos vivos, como pueden ser las condiciones de frío extremo que producen la congelación. "No mueren, caen en un sueño profundo", explica Schill. A este enfoque, en el que los animales ya no muestran signos evidentes de vida, aunque siguen vivos, le denominaron hipótesis de la "bella durmiente", haciendo alusión al conocido cuento de hadas, popularizado por los relatos orales tradicionales compilados por los hermanos Grimm.
En su investigación, los científicos realizaron varios experimentos. Con un grupo de más de medio millar de tardígrados repitieron ciclos semanales de congelamiento a -30 °C, descongelamiento posterior a 20 °C, recuento de los sobrevivientes, alimentación y nuevamente congelación hasta que todos los animales murieron. Por su parte, se mantuvo a temperatura ambiente constante a un grupo de control. Los científicos encontraron que los tardígrados congelados temporalmente vivieron el doble que el grupo de control, pero tanto los grupos de control como los congelados temporalmente tuvieron vidas útiles similares si se excluyó el tiempo que pasaron congelados.
Esto representa la primera demostración de que la hipótesis de la "bella durmiente" se aplica a la criobiosis, un estado de organización biológica en el que la actividad metabólica se ralentiza o se detiene de forma reversible, lo que significa que los tardígrados no envejecen mientras están congelados, escribieron recientemente los científicos en Journal of Zoology. "Entonces, incluso en el hielo, los tardígrados detienen sus relojes internos como la bella durmiente", concluye Schill.
"Durante los períodos de inactividad, el reloj interno se detiene y solo vuelve a funcionar una vez que el organismo se reactiva", explica Schill en el comunicado. "Entonces, los tardígrados, que generalmente solo viven unos pocos meses sin períodos de descanso, pueden vivir muchos años o incluso décadas", agregó el científico.