La demanda de leña como fuente de energía está creciendo en varios países europeos, informa Bloomberg.
Por ejemplo, en Francia el precio por tonelada de la madera prensada (o pellets, biomasa elaborada con el desperdicio del proceso de aserrado de la madera) usada para las estufas o calderas subió hasta los 600 euros (584 dólares). Frederic Coirier, director general de Poujoulat SA, empresa productora de combustibles de madera, constató que algunos compradores adquieren 2 toneladas de ese material, cuando normalmente una tonelada es suficiente para el invierno.
Alemania también pasa por momentos difíciles en cuanto a la energía. Así, en el parque Tirgarten de Berlín los residentes cortaron casi todos los árboles para almacenar leña. "Miramos hacia el invierno con gran preocupación", dijo Peter Engelke, residente de la capital alemana que vive al lado del aeropuerto de Tempelhof. Asimismo, otros países están registrando un auge de la demanda de leña. En Suecia crece la compra de estufas de cerámica, cuyo productor, Gabriel Kakelugnar AB, aumentó su valor a 7.700 dólares. Hungría prohibió exportar leña, mientras que en Rumania congelaron sus precios.
"La gente está desesperada por la leña, y compra más de lo normal", explicó Trond Fjortoft, fundador y director general de Kortreist Ved, compañía noruega del ramo, agregando que, si normalmente el auge de la demanda comienza con el frío, este año empezó en junio. Nic Snell, director ejecutivo de Certainly Wood, empresa británica del mismo sector, subrayó que la demanda actual de leña representa "una vuelta a los viejos tiempos", cuando las casas carecían de calefacción central.
No obstante, el aumento del uso de leña por parte de los hogares ha motivado que los ecólogos adviertan que este método puede perjudicar al medio ambiente. "Podemos ver niveles de contaminación muy altos cuando hay gente que quema leña sin saber cómo hacerlo correctamente", destacó Roger Sedin, jefe de la unidad de calidad del aire en la Agencia de Protección Medioambiental de Suecia.