El controvertido exembajador ucraniano en Berlín, Andréi Mélnik, célebre por no escatimar palabras sobre los políticos alemanes y por criticar la ayuda del país europeo a Kiev en medio del conflicto con Moscú, deja Alemania sin cargo de conciencia, afirmó el diplomático este viernes en su cuenta de Twitter.
"Vuelvo a casa con la cabeza bien alta, la conciencia tranquila y la sensación de haber cumplido mi deber ante Ucrania", escribió Mélnik. "Gracias, queridos amigos alemanes, por su paciencia", agregó.
El exembajador también quiso dar las gracias al columnista alemán Thomas Schmoll, que lo elogió en un artículo por "sostener un espejo" ante los políticos germanos.
¿Por qué se va?
Desde el inicio del operativo ruso en Ucrania, Mélnik se ha mostrado muy crítico de las autoridades alemanas, reprochándoles su lentitud a la hora de suministrar armas a Kiev.
El comportamiento del exembajador ha sido cuestionado por la clase política alemana, en particular, después de que le retirara una invitación a Ucrania al primer ministro del estado alemán de Sajonia, Michael Kretschmer, porque había abogado por "congelar" el conflicto en curso y por sentarse en la mesa de negociaciones.
En otras ocasiones, el diplomático también afirmó que el Gobierno alemán solo quiere "mantener su prosperidad" y acusó a su canciller, Olaf Scholz, de hacerse el ofendido, recurriendo para ello a una frase coloquial en alemán que significa literalmente "jugar a la salchicha de hígado ofendida", luego de que Zelenski rechazara reunirse con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier.
A finales de junio, el ya exembajador volvió a ocupar las portadas mediáticas tras calificar al colaborador nazi Stepán Bandera como "un luchador por la libertad y la independencia de Ucrania", lo que inmediatamente causó rechazo entre los funcionarios alemanes, así como en Israel y Polonia.
Tras estas polémicas opiniones a favor de Bandera, se reportó que Berlín obligó a Kiev a distanciarse del diplomático, que posteriormente fue destituido por el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, que justificó el cambio como una "rotación" ordinaria.