Revelan que Londres planeaba bombardear el territorio continental argentino durante la Guerra de las Malvinas

El plan secreto, que nunca obtuvo el visto bueno final, preveía ataques contra tres bases aéreas en el extremo sur de Argentina mediante un único bombardero Avro Vulcan.

La Real Fuerza Aérea del Reino Unido (RAF, por sus siglas en inglés) elaboró planes para bombardear objetivos en el territorio continental de Argentina durante la Guerra de las Malvinas en 1982. Así se desprende de documentos revelados por la revista trimestral británica Aviation Historian en su edición de este sábado. 

En particular, el mando militar británico quería enviar un bombardero subsónico Avro Vulcan para atacar las bases aéreas de San Julián, Río Gallegos y Río Grande ubicadas en el extremo sur de Argentina, reseña el diario The Telegraph.

La aeronave británica debía partir de la isla Ascensión, situada en el Atlántico, a medio camino entre América y África, y seguir una de las tres rutas trazadas. El primer itinerario preveía que el Vulcan lanzara bombas sobre los objetivos indicados y volviera a la isla. La segunda versión incluía un aterrizaje en Chile y el regreso posterior a Ascensión, sobrevolando la parte norteña de Argentina. 

Estos dos planes implicaban el uso de entre 11 y 13 aviones cisterna Handley Page Victor para reabastecer el Vulcan en tramos de vuelta. Por ora parte, la disponibilidad de dichos aviones cisterna era limitada, dado que se usaban en los patrullajes antisubmarinos en el norte del Atlántico durante la Guerra Fría.

Finalmente, la tercera ruta sería la más larga, con destino final en suelo británico a través de la isla de Pascua, Tahití, Hawái, Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, conllevaba menores dificultades logísticas, dado que el bombardero no tendría que reponer sus tanques de combustible durante la vuelta. 

Los planes fueron elaborados el 24 de mayo de 1982, cuando la RAF ya había efectuado el bombardeo de objetivos en las islas Malvinas en el marco de la operación Black Buck. Los bombarderos Vulcan atacaban blancos argentinos tras despegar desde el aeródromo Wideawake en la isla de Ascensión. 

Un plan en el cajón

En el seno del Gobierno británico hubo muchos debates acerca de la legalidad de ataques contra el territorio continental argentino, así como sobre las consecuencias diplomáticas y el valor táctico y estratégico de bombardear las tres bases aéreas. "[El ataque] habría sido extremadamente peligroso, habría requerido muchos aviones y podría no haber conseguido mucho", opina Lawrence Freedman, histórico oficial de la guerra de las Malvinas, citado por el periódico.

A nivel diplomático, el operativo podría haber acarreado muchos riesgos, teniendo en cuenta que las aeronaves británicas no podían cruzar el espacio aéreo de Brasil, Paraguay o Uruguay. Dos semanas después de confeccionarse el proyecto de bombardeo, un Vulcan que participaba en la sexta incursión en el marco del Black Buck se vio obligado a aterrizar en Río de Janeiro tras averiarse su sonda de reabastecimiento. 

Este avión portaba misiles secretos antirradar de fabricación estadounidense, uno de los cuales había quedado atascado en la aeronave pese a los intentos de arrojarlo al mar. En vista de ello, Londres tuvo que negociar con la entonces junta militar brasileña para la liberación del Vulcan, al tiempo que presionó al Gobierno local para que no revelara la información sobre el misil o los esfuerzos de ayuda por parte de Washington. 

Aunque los planes nunca recibieron la aprobación final, el Gobierno argentino temía que se produjeran este tipo de ofensivas después de los bombardeos del Black Buck, señaló Lawrence. Como resultado, Buenos Aires decidió mantener algunos de sus cazas de combate más avanzados para proteger las bases. Esto, a su vez, permitió a los británicos fortalecer su superioridad en el cielo sobre las islas y proporcionar más apoyo aéreo a los soldados y marines en el terreno.