Creado por el Instituto de Tecnología de Tokio, y las empresas japonesas Walk-Mate Lab y All Nippon Airways, el traje robótico Walk-Mate, diseñado para ayudar a caminar a las personas que han sufrido parálisis motora, atrofia muscular u otra enfermedad incapacitante, será un elemento fundamental en el nuevo concepto de "peregrinaje x robot". Este "nuevo estilo" de viaje tendrá como objetivo fomentar la revitalización de las zonas rurales a través del turismo, comunicaron recientemente sus creadores.
Walk-Mate es un esqueleto externo, alimentado por baterías, que se coloca sobre la ropa del usuario y viene equipado con sensores en la cintura y los tobillos. El equipo utiliza motores para sincronizar y optimizar los pasos del usuario y el balanceo rítmico de sus brazos. El exoesqueleto robótico optimiza la marcha del usuario, y según sus creadores, la velocidad al caminar y la longitud de la zancada aumentan al usar el traje. Walk-Mate usa el ritmo de caminar para estabilizar los pasos del usuario y llevarlos a una rutina estable y cómoda, un concepto novedoso para este tipo de equipamiento robótico.
El traje se pondrá a disposición del turismo y ya fue probado en una antigua ruta de peregrinación de 1.200 km, que incluye 88 templos en la isla japonesa de Shikoku. Se trata de una de las pocas caminatas sagradas circulares del mundo, y recorre lugares donde el monje Kobo Daishi, también conocido como 'Kukai', el fundador del budismo Shingon, entrenó o meditó en el siglo IX. El punto de partida se ubica en el templo de Ryozenji, en la prefectura de Tokushima, y el viaje toma mes y medio en completarse para alguien que puede recorrer 30 km al día, por lo que está considerada una de las caminatas más exigentes de Japón. El recorrido en automóvil tomaría alrededor de 10 días, según South China Morning Post.
Recientemente, Walk-Mate se puso a prueba en el monte Koya, un pico sagrado en la prefectura de Wakayama. Seis participantes caminaron 500 metros usando el robot exoesqueleto en el camino a dos sitios sagrados. Se confirmó que el traje mejoró la capacidad para caminar y la longitud de la zancada de los participantes de la prueba. Además, se constató que caminar con el equipamiento podría tener un efecto positivo, no solo en el cuerpo, sino también en la "mente". Los voluntarios informaron que sintieron una "sensación de unión" cuando usaron el equipo, tanto con otros caminantes como con el traje robótico.