Debido a la escasez mundial de chips, que ha interrumpido sustancialmente el suministro de una gran gama de productos relevantes, los fabricantes de automóviles de China se han visto atraídos desesperadamente por el mercado clandestino de semiconductores, en pleno apogeo.
Según reveló un informe de Bloomberg, los proveedores independientes solían ser actores insignificantes en el mercado de semiconductores de China, pero se han vuelto cada vez más importantes desde finales de 2020, cuando la escasez mundial de chips comenzó a interrumpir el suministro de todo producto con componentes electrónicos, desde teléfonos inteligentes hasta vehículos.
Ahora esos proveedores han formado un enorme mercado clandestino, con cientos de intermediarios e inundado con chips de segunda mano o caducados, donde el coste de adquirir uno puede llegar a ser 500 veces superior a su precio original. La situación es más grave en el caso de los chips destinados a los automóviles, ya que las recientes restricciones a la exportación de tecnología de chips por parte de EE.UU. no han hecho más que agravar la escasez y fomentar así la actividad clandestina, según los expertos.
"Las recientes sanciones de EE.UU. han provocado otra ronda de pánico en el mercado y han perturbado el suministro de chips, tanto de nivel básico como de los más avanzados", declaró la semana pasada el secretario general de la Asociación China de Automóviles de Turismo, Cui Dongshu. "Los canales de distribución y los precios están desordenados", destacó.
El mercado gris
La falta de regulación y el aumento de la demanda en China hacen que los acuerdos por debajo de la mesa se estén popularizando en el país. Los chips de baja calidad se han infiltrado tanto en la cadena de suministros, que la calidad de los coches y la seguridad están en peligro, según revelaron algunos intermediarios.
Aunque las operaciones de muchos de esos proveedores son legales, ya que se trata de empresas registradas y pagan impuestos, la procedencia de los chips comprados y vendidos en la clandestinidad puede ser difícil de determinar. De igual forma, algunos de los intermediarios también intentan obtener beneficios mediante el acaparamiento y la subida de precios, un comportamiento que infringe la normativa china.
Mientras que en otros países los fabricantes de automóviles respondieron de diferentes maneras a la escasez de chips, la naturaleza del mercado local chino, en el que solo el año pasado se registraron unos 200 fabricantes de vehículos eléctricos, hizo que los principales competidores nacionales adoptaran ese mercado 'gris'.
Las tres principales empresas chinas de vehículos eléctricos que cotizan en bolsa, Nio Inc, Xpeng Inc y Li Auto Inc, han intentado comprar chips a través de estos agentes no autorizados, según personas familiarizadas con sus actividades. De hecho, casi todos los fabricantes de automóviles chinos han intentado abastecerse de semiconductores de esta manera, señalaron las fuentes.
El mercado secundario de chips no surgió allí de un día para otro. Ya existía antes de la crisis de los semiconductores, pero ahora, con tanta gente que percibe la oportunidad de obtener beneficios, se ha disparado. "Todo el mundo es un especulador", admitió otro de los proveedores no autorizados. Aunque en la mayoría de los casos los vendedores reciben comisiones por las ventas, la forma más rentable (aunque arriesgada) de ganar dinero es tratar de predecir la demanda y acumular chips, para venderlos más tarde con enormes aumentos de precio.
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