Luego de sortear un complicado viaje a través del paso de Paraitepuy, en Marte, el róver Curiosity de la NASA finalmente arribó a la "unidad de sulfatos", una región del monte Sharp que ha interesado a los investigadores incluso desde antes de que el explorador comenzara su misión interplanetaria en 2012, informó la agencia espacial este miércoles.
Esta área en particular es de especial interés ya que, según los datos obtenidos por el orbitador marciano Orbiter hace más de una década, la superficie de la zona está enriquecida con minerales salados, los cuales, estiman los expertos, fueron depositados hace miles de millones de años, cuando los arroyos y charcas de la superficie de Marte se secaron.
De ser correcta esta hipótesis, apunta la agencia, "estos minerales ofrecerán pistas muy reveladoras sobre cómo y por qué el clima del planeta rojo pasó de ser más parecido al de la Tierra a ser el desierto helado que es hoy", motivo por el cual los investigadores han aguardado con expectación más de una década para observar este terreno de cerca.
De acuerdo a la NASA, al poco de llegar a la unidad de sulfatos, el 14 de agosto, el explorador descubrió una gran variedad de tipos de rocas y signos de agua del pasado, entre los que destacan nódulos con textura de palomitas y minerales salados como sulfato de magnesio, sulfato de calcio (incluyendo yeso) y cloruro de sodio (sal de mesa común).
Según detalla el organismo, se seleccionó una roca apodada Canaima para extraer la muestra de perforación número 36 de la misión. En el proceso, debieron crear un nuevo algoritmo para el brazo robótico de Curiosity, ya que el desgaste producido por la percusión del taladro sobre una superficie tan dura significaba un riesgo para el róver.
Ahora, el siguiente paso será analizar las muestras con el instrumento de química y mineralogía del aparato y el de análisis de muestras en Marte, con lo que los científicos podrán determinar la composición exacta del sustrato superior de la roca Canaima.
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